Cambio a mi marido por un succionador y un amante
Dentro de un matrimonio monótono y que ha perdido la chispa, decido comprarme el juguete de moda, un succionador de clítoris y al final acabo conociendo a un yogurín.
-¡Joder! –gruñó Nacho mientras jadeaba junto a mi oído derecho. Su respiración entrecortada se acompañaba con cortas y bruscas contracciones de sus nalgas que indicaban cada una de ellas, un nuevo chorro de semen que dejaba en el interior de mi vagina.
Poco a poco su respiración se fue normalizando. Yo aún le tenía encima de mí mientras se recomponía y notaba su peso y el sudor de su cuerpo resbalando hacia mí. Más calmado fue a darme un beso en los labios después de la sesión sexo semanal, pero con l...