Con la madre y la hija en la misma noche
Pillé a Paula espiándonos mientras su madre y yo follábamos.
Hubo una época en la que estuve follando con una madurita llamada María. En realidad, era una relación bastante esporádica y basada únicamente en el sexo. En los cuatro o cinco meses en los que nos estuvimos viendo, quedaríamos unas ocho veces y, más allá de la típica cordialidad y afecto que puedes sentir por un compañero sexual, no intercambiamos demasiados sentimientos el uno por el otro.
María era una mujer ya entrada en sus cincuenta años, divorciada desde hacía unos diez. medía uno con sesenta...