Por tu verga de ángel
Una noche de violencia y placer con un nombre alado.
Estaba dormida, ya no se oía nada alrededor. Una cama ENORME para mí; demasiado espacio yo diría. De pronto, luz; no quise abrir los ojos, prefería que fueras tú el que empezara.
Esa noche, como tantas otras, me había dormido húmeda, empapada imaginándote; con sólo una almohada entre mis piernas, tratando de sustituir tu hermoso pene.
Te acercaste, sabía que esa luz no era otra cosa: tenías que ser tú. Por fin abrí los ojos, suerte que dormí en la mitad de la cama, así pudiste acomodarte d...