El Masaje V.Polvazo
Con sólo pensar que dentro de un momento -en cuanto yo quiera- este pedazo de carne me estará llenando, el chichi se me hincha, se me esponja, lo noto húmedo y caliente. Me toma un pecho con la mano, lo rodea entero hasta alcanzar la areola, que primero acaricia con las yemas, y luego amasa
A ese beso siguieron muchos más, y de todas las clases y colores. Largos, cortos, profundos, ligeros, tiernos, ansiosos, con abrazos, con las yemas de nuestros dedos acariciando a la vez nuestras mejillas...
... Minutos y minutos besándonos, besos y más besos, no nos cansamos de besarnos, acariciarnos, toquetearnos, abrazarnos.
Tumbados frente a frente, nuestras manos exploran de nuevo la piel del otro, recorro otra vez todo su cuerpo con mis manos, siento las suyas arriba y abajo del mío. ...