El mejor regalo

Necesitaba dinero y encontro lo que nadie le habia dado y en la persona que jamas se hubiera imaginado.

Magdalena oyó un suave toque en la puerta, sabía que era el hombre que acababa de conocer en el casino mientras ella gastaba sus últimos francos con la esperanza de recuperar lo perdido la noche anterior.

Recordó el momento cuando deslizó la última moneda y como la máquina despiadada mostró tres figuras diferentes. En ese instante no pudo controlar su desaliento y sin querer dijo en voz alta, demonios, ahora sí no queda nada. El hombre que estaba en la máquina de al lado, jugaba distraídamente y...