La mejor sorpresa
Dos sueños se cumplen en un día inesperado
Era un día normal, como cualquier otro. Acababa de llegar de la universidad completamente agotada y sólo tenía cabeza para pensar en dormir. Llegué a mi habitación, aventé mi mochila, me quité los zapatos, me tiré en la cama y me quedé profundamente dormida.
Un sonido fuerte y molesto me arrebató el sueño húmedo que estaba teniendo, desperté de golpe y reaccioné contestando el teléfono.
Bueno…?
Violeta, ¿estabas dormida?
Era Mariana, mi mejor amiga.
- Sí, llegué muy cansada...