Por el camino del mal
La visita de Karmen y su hija a nuestra casa se prolonga. Y me descubren un mundo nuevo de juego y morbo.
Tan pronto salimos de casa y sonó el portazo, aterricé al fin en la realidad. Estaba a unos minutos de comenzar la prueba más difícil de mi vida, y mi cabeza estaba descentrada y confusa.
-"Karmen...", le dije.
-"Dime", contestó.
-"Nada... perdona", le respondí.
-"Uhm.. que raro estás", me dijo.
Nos subimos en la furgoneta, y Karmen le dio un par de acelerones para ponerla en marcha.
-"Tranquilo, llegaremos seguro. Recuerda que he cruzado toda la península hace unos días con este...