En casa de Ernesto II

El yerno mayor se suma a la fiesta que su suegro y cuñado habían orquestado

En casa de Ernesto II

Ramón

Ramón se había levantado con un humor de perros. La noche anterior había querido echar un polvo con Paula, su mujer, pero ésta se había resistido, le había puesto como excusa el consabido "dolor de cabeza". Por eso, cuando él escuchó la respiración pausada de su esposa y preguntarle a ella muy quedo "¿se te pasa el dolor?" y no obtener ninguna respuesta, se levantó y fue al cuarto de baño donde se pajeó para bajar la hinchazón de polla y evitarse el dolor de hu...

En casa de Ernesto 1

Ernesto notó cómo la polla que estaba tragando se hinchaba un poco más entre sus labios y varios chorros de leche caliente le llenaron la boca y los fue tragando con delectación.

Mariana

  • Esperadme en el coche - casi ordenó Mariana a sus dos hijas. - Voy a despertar a vuestro padre.

El día anterior las tres habían acordado ir de compras a un centro comercial de la ciudad para ver ropa de premamá. Ambas hijas estaban embarazadas, Ana, la más pequeña era la que tenía su estado de gestación más avanzado. Paula, la mayor se había hecho el test del embarazo unos días atrás y sólo ella y su madre sabían su estado. Hoy, a la vuelta del comercio, lo iba a hacer público al r...

Vida cuartelera capítulo 10

La polla de Benedé, no era ni larga ni gruesa, era... normalita. Yo me había tragado otras vergas grandes, que apenas me cabían en la boca. Pero ésta era especial. La de un chico inexperto en el sexo que estaba siendo taladrado por una polla larga

Vida cuartelera capítulo 10

Sargento Reboiro

La polla de Benedé, no era ni larga ni gruesa, era... normalita. Yo me había tragado otras vergas grandes,  que apenas me cabían en la boca. Pero ésta era especial. La de un chico inexperto en el sexo que estaba siendo taladrado por una polla larga, la de Armenteros, la misma  que yo había tenido en mi culo unos días antes y que me había hecho gritar de puro éxtasis. Por ello, cuando lo oí gritar al clavársela de golpe en su esfínter, no pude p...

Vida cuartelera capítulo 9

Desnudos como estábamos no dejábamos de restregarnos nuestros cuerpos, aumentando así el deseo de tenernos el uno al otro. Era tal el grado de excitación en que estaba que, al besar a mi chico, nuestros dientes chocaron entre ellos. No obstante, Antonio abrió su boca para responder con igual pasión

Vida cuartelera capítulo 9

Laguna

Tan pronto cerramos la puerta tras nosotros, tomé la cara de Antonio entre mis manos y posé mis labios sobre los suyos. El sargento nos había puesto a mil por hora y teníamos que desfogarnos pronto. Desnudos como estábamos no dejábamos de restregarnos nuestros cuerpos, aumentando así el deseo de tenernos el uno al otro. Era tal el grado de excitación en que estaba que, al besar a mi chico, nuestros dientes chocaron entre ellos. No obstante, Antonio abrió...

Vida cuartelera capítulo 8

Fui bajando deslizando hacia abajo y lentamente mis dedos por ambas espaldas, serpenteando por ellas. Los dos soldados parecían uno mismo pues tenían las mismas reacciones, se movían cual si tuvieran tics nerviosos aunque permanecían como clavados al pavimento. Notaba cómo los vellos de sus antebrazos se erizaban. Me recreé en acariciar sus cinturas. - ¡Ufff, mi sargento! , - . ¡Hummm, mi sargento! escuché susurrar a Laguna y Ramírez casi al unísono.

Vida cuartelera capítulo 8

Sargento Reboiro

Cuando el soldado Benedé salió en la búsqueda del cabo, inicié una traslación alrededor de Laguna y Ramírez. Mantenían la posición de firme y ya se les notaba el cansancio que esa postura causa en cualquier cuerpo cuando se mantiene por mucho tiempo.

  • ¡Descanso!  -  ordené con voz un tono más bajo de lo habitual cuando la daba en la instrucción que daba frecuente mente a los soldados del cuartel. Ellos obedecieron de buena gana pues se lo...

Vida cuartelera 7

- Tiene buen cuerpo, mi sargento, muy buen cuerpo. - ¿Te gustaría probarlo, soldado?. Contesta sin trabas, estamos solos. El soldado hizo algo que me pilló desprevenido. Tomó mi cara entre sus manos y me besó en la boca. Fue un beso rápido, robado. Pero me gustó. Rápidamente me soltó. - Lo siento, mi sargento- replicó y se puso en posición de firmes.

Vida cuartelera  7

Benedé

A las diez en punto me personé ante el sargento Reboiro. Intuí que estaba recién salido de la ducha pues solo llevaba puesta una toalla alrededor de su cintura. Me turbó verlo así. Lucía  buen cuerpo a pesar de tener ya... ¿casi los cuarenta?. Pectorales definidos; vientre plano, marcando bien los abdominales, piernas robustas. ¿Cómo sería su culo?, me pregunté. El verlo así hizo que mi polla respingara y comenzase a ponerse dura. Se estaba secando los cabellos,...

Vida cuartelera capítulo 6. Benedé

El contemplar los juegos amatorios dentro y fuera de los vehículos era motivo más que suficiente para que la polla del soldado de turno se pusiera dura como el mango de un martillo y propiciara que su dueño se aliviara haciéndose una paja monumental.

Vida cuartelera capítulo 6. Benedé

Unos minutos pasaban de las cuatro de la madrugada cuando el pelotón de guardia nocturna comandado por el cabo furrier Armenteros, del que yo formaba parte, se detuvo a la señal de "alto" dada por éste. - Soldado Benedé - ordenó - ocupe su puesto.

Salí de la formación y mi posición fue ocupada por el vigilante que nos estaba esperando a la puerta de la torre situada a  poniente en los muros del perímetro que circundaba el cuartel. Inmediatamente, el pelotón...

Vida cuartelera capítulo 5. Ramírez

El sonido de correr agua por una tubería de desagüe me despertó ligeramente. Tardé unos segundos en recordar dónde estaba: durmiendo en la colchoneta del palomar, donde hacía un tiempo (no sé cuánto) Antonio y yo habíamos estado follando

Vida cuartelera capítulo 5.     Ramírez

El sonido de correr agua por una tubería de desagüe me despertó ligeramente. Tardé unos segundos en recordar dónde estaba: durmiendo en la colchoneta del palomar, donde hacía un tiempo (no sé cuánto) Antonio y yo habíamos estado follando. Tanteé la colchoneta buscando a mi amante. pero no lo encontré. Abrí los ojos para buscarlo pero no se veía apenas nada con  la luz que se colaba por la rendija de la única ventana que había en la habitación. Pulsé el interrupt...

Vida cuartelera capítulo 4 Laguna

Eso me gustó, contemplar a mi compañero sin ropa y a pocos centímetros míos, cómo se enjabonaba, pasando la esponja por todo su cuerpo, su pecho, sus brazos, axilas casi lampiñas, muslos y, sobre todo, cuando sus manos llenas de jabón lavaran sus huevos y polla. Se detuvo un rato en ella, masajeándola

Vida cuartelera capítulo 4. Laguna

-Joder, yo creí que nos iba a mandar que nos raparan al cero - dijo Armenteros.

  • Pues yo creía que nos iba a mandar al calabozo además - exclamé.

  • Bueno, - añadió Ramírez - en cuanto me di cuenta del bulto que se le estaba poniendo en su bragueta, supe que no iba a ser muy severo con nosotros. Se estaba empalmando con sólo veros las pollas gotear. Seguro que ahora se está haciendo una gran paja a nuestra salud. -

Los tres volvimos a sol...

Vida cuartelera capítulo 3 Cabo Armenteros

Cuando terminó de correrse el sargento abrió los ojos. Fue entonces cuando se dio cuenta de mi presencia y, lejos de sentirse molesto, me ordenó: - ¡Cabo, firme!. ¿Cómo irrumpe así en mis habitaciones sin pedir permiso?

Vida cuartelera capítulo 3 Cabo Armenteros

El sargento Reboiro me había ordenado presentarme en su despacho tras haberme sorprendido pajeándome con otros dos soldados. Para no perder tiempo, me vestí con el atuendo de gimnasia en vez de con el uniforme reglamentario y me encaminé a sus dependencias. Llamé a la puerta, esperé unos instantes y repetí la llamada. Al no tener contestación, manipulé la maneta y comprobé que la puerta no estaba cerrada por dentro. Franqueé la entrada del cuarto a la par...