Romance Prohibido 5
Su mano se deslizaría luego hasta mi entrepierna, hacia mi vagina, y yo la dejaría entrar para que sus dedos me masturbarán con habilidad. ¡Qué caliente que estaba!
― ¿Adónde vamos? –le pregunté.
― A tu dormitorio.
― ¿Y qué vamos a hacer en mi dormitorio?
― Vamos a cambiarnos de ropa.
― ¿Para qué?
― Para seducir a Paola, por supuesto.
Entramos al dormitorio y Sonia fue directa al armario.
― ¿Qué buscas?
― Esto –me dijo. Estaba sosteniendo entre sus manos un bikini rojo.
― Este es para ti. ¿Tienes otro para mí?
― Sí, tengo pero…
― Perfecto. ¿Dónde está? La ayudé a encontrarlo. El otro bikini que tenía era...