La Esposa del Paralítico, no es mujer de piedra 3
Aquella situación me ponía completamente a mil, ya que por un lado, estaba con una dama casada, con una esposa completamente fiel para su esposo, y por el otro, estaba descubriendo a una casada que en algún momento disfrutó el sexo con otro.
LA ESPOSA DEL PARALÍTICO III (no es pecado).
Luego de haber oído tan deliciosa narración, como era de esperarse, en ese momento ya estaba a mil. Recuerdo que para ese momento ya la había desnudado completamente, observaba su piel blanca, sus muslos, su buenas y bien delineadas piernas, unas pantorrillas gruesas y macizas, sus pezones con una aureola muy grande, color marrón, unos senos muy sólidos, en fin lo más delicioso de esto era el aroma que emanaba de su cuerpo, ese aroma que despertaba lo...