La caja de los secretos.

Hablábamos de todo, de nada, de sexo, de vida. Unas veces hacíamos el amor como adolescentes enamorados, otras teníamos sexo como amantes furtivos y otras follábamos como animales que racionalmente nos convertíamos en irracionales. No necesitáis que os explique la diferencia ni os molestéis en buscarlo en la wikipedia. Si no sabéis de qué hablo es que no habéis vivido.

Nos conocimos de manera casual, virtual. Ninguno de los dos buscaba nada. Nos intercambiamos un par de mails intrascendentes sin saber quién había detrás de esas palabras pero algo me llamó la atención, algo que a día de hoy sigo sin saber explicar. Era como si detrás de esas frases hubiera un mensaje cifrado y secreto que me llamara con silenciosos gritos. Sin ser muy dueño de mis reacciones le escribí de nuevo explicándole secretos que ni yo mismo me atrevía a recordar. Era como si hubieran activado el pl...

Tu sonrisa en mi pañuelo.

Un pañuelo puede borrar el carmín de tus labios pero nunca tu sonrisa.

Es increíble cómo podemos cambiar los hábitos según las necesidades. Me acuerdo que de jovencito me marchaba un fin de semana a la playa y necesitaba una maleta de las grandes. Ahora estoy preparando la ropa para cinco días y sólo necesito una maleta de cabina. También es cierto que cuando estás muy acostumbrado a viajar por trabajo ya te compras los trajes, camisas y corbatas “intercambiables”. Y pañuelos ¡Me encantan los pañuelos para el bolsillo de la americana! En alguna ocasión voy a ver clientes sin c...

Diario de un viajero: Sevilla.

Atrapé el clítoris entre los dientes y le metí un dedo hasta el fondo. Lo doblé un poco buscando el punto G y empecé a agitarlo. En ese momento se la sacó de la boca para lanzar un gemido que me confirmó que iba por el buen camino ¿No dicen las mujeres que pueden hacer más de una cosa a la vez?

¡No me lo puedo creer! Me está diciendo que jamás nadie la ha hecho gozar como yo. Estamos desnudos los dos sobre la cama y no paramos de acariciarnos entre sonrisas y susurros. Me veo bien. Muy alto, con los músculos marcados en su justa medida. Muy guapo de cara, un pelo precioso y una sonrisa magnética. Vuelvo a mirarla a la cara y sí, es ella ¡Estoy en la cama con la Top Model más guapa del momento! La de hijos potenciales que he dejado en los kleenex pensando en ella.

*-¡Paco, quiero más! ¡Vuelve...

El baile de las mariposas (II)

Malena pensó que ya había llegado el momento, que si seguía corría el riesgo de perderse su parte de la recompensa. Se quitó las braguitas pero se dejó las medias de seda negra, se subió encima y empezó a pasar sus mojadísimos labios vaginales a lo largo del pene moviendo la pelvis adelante y atrás.

Para hacer más comprensivo el relato recomiendo leer la primera parte “El baile de las Mariposas”. Agradezco enormemente los amables comentarios recibidos en el capítulo anterior.

Malena yacía en la cama boca abajo y con las manos atadas sobre su cabeza. Llevaba las braguitas, las medias de seda y el antifaz. Se recuperaba de un estado de semiinconsciencia provocado por la profundidad de su orgasmo.

Hacía algunos años que había encontrado su punto G pero el descubrimiento de su punto X era rec...

El baile de las mariposas

“¿Eres feliz?” En ese momento no se dio cuenta pero acababa de entrar en su cerebro una bomba de relojería.

Javi era un tipo normal, ni guapo ni feo, ni alto ni bajo. A sus 40 años no se podía quejar de la vida que tenía. Su condición de directivo de una multinacional le permitía llevar una vida acomodada aunque sin excesos. Estaba casado con Marta. La conoció en un cumpleaños de una amiga común. Cuatro años de noviazgo, boda, y a los cinco años nació Laura, la pasión de su vida. Todo muy normal.

Se pasaba las semanas viajando por toda España. Eran viajes profesionales con la misión de visitar clientes espe...