La caja de los secretos.
Hablábamos de todo, de nada, de sexo, de vida. Unas veces hacíamos el amor como adolescentes enamorados, otras teníamos sexo como amantes furtivos y otras follábamos como animales que racionalmente nos convertíamos en irracionales. No necesitáis que os explique la diferencia ni os molestéis en buscarlo en la wikipedia. Si no sabéis de qué hablo es que no habéis vivido.
Nos conocimos de manera casual, virtual. Ninguno de los dos buscaba nada. Nos intercambiamos un par de mails intrascendentes sin saber quién había detrás de esas palabras pero algo me llamó la atención, algo que a día de hoy sigo sin saber explicar. Era como si detrás de esas frases hubiera un mensaje cifrado y secreto que me llamara con silenciosos gritos. Sin ser muy dueño de mis reacciones le escribí de nuevo explicándole secretos que ni yo mismo me atrevía a recordar. Era como si hubieran activado el pl...