Un par de años más (II). Una inesperada sorpresa.
Una despedida siempre trae tristeza, esta ha traído consigo algo más emotivo, algo que cambiaría mi vida sin siquiera llegar a pensarlo.
Aquella primera vez sin duda alguna había sido especial, ¡mi propia hermana! ¿Quién iba a imaginarlo? Cualquiera menos yo, seguramente. ¿Lo malo del caso? Que ella debía marchar. El resto de los días que permaneció conmigo no estuvieron a nuestro favor, nuestros padres siempre estaban presentes, ¿era justo? Para nada... O al menos eso era lo que creíamos. Era bastante clandestino, pero no quisimos separarnos el uno del otro, no del todo. Los pocos minutos que teníamos para estar juntos eran segundos apreci...