La vedette - primera parte

Adriana había pasado toda su vida en los teatros, sin conocer a un auténtico macho. Hasta que le llegó el día...

Se llamaba Moncho y trabajaba haciendo mantenimiento en un barrio privado. Medía 1.85, negro como un hacha, tenía antepasados coyas. Era muy fornido, ya que había tenido que trabajar en albañilería desde los 16 años y ahora tenía 22. También era muy peludo en todo el cuerpo, incluida la espalda. Había empezado a desarrollar como todos los chicos, a los doce o trece años, pero no había parado desde entonces. Los amigos que lo veían en las duchas después de jugar al fútbol, le decían que lo que tenía entre la...