La carcel de mi sexo (2: rechazo)
Como Laura afronta sus primeros días de esclavitud tras ponerle el cinturón.
A la mañana siguiente fui al trabajo. Cuando fui a vestirme me di cuenta que los pantalones no me abrochaban bien a causa del cinturón, así que no tuve más remedio que ponerme falda. La verdad es que nunca acostumbraba a ir al trabajo con falda. Las horas en el trabajo se me antojaron eternas. Cuando salí había decidido que iría a su casa y me enfrentaría con él.
Cuando llamé a su portal me temblaba todo el cuerpo. En ese instante empecé a dudar si hubiera sido mejor ir a la policía, aún a riesgo...