En brazos de la mujer gata
Un hombre tiene un alucinante encuentro en un callejón con una enigmática mujer-gata que se le ofrece con pasión felina y sensualidad embriagadora.
Anochecía mientras caminaba de vuelta a casa tras un agotador día de trabajo. Vivía a varias manzanas de la empresa pero había decidido dejar el coche en el parking y volver a pie para despejarme. El manto de sombras que amenazaba con cubrir la ciudad, también parecía querer devorar mi espíritu, me sentía deprimido y vacío. ¿La razón de sentirme así? Llevaba tiempo haciendo balance de mi vida. A mis cuarenta y pocos años tenía un buen trabajo que me permitía llevar una vida acomodada, sin privarme de capric...