El hombre que deseaba (final)
El recuerdo de ese sueño me estaba angustiando y debía encontrar la manera de acabar con esa desazón. ¿Y qué pasó en ese sueño para que me encontrara tan atormentada?
No sabía como tomarme ese escrito, estaba tan eufórica de haber pasado una noche tan inolvidable que no podía sentirme defraudada. Había perdido mi virginidad, pero de que forma, nunca pensé que sería con tanto deleite, gozo y placer. Por lo demás, en ese escrito no me decía nada que no me hubiera dicho antes de que cediera a mi deseo. Lo que ponía claro era que a él mi cuerpo le había hecho gozar y no como hija sino como mujer. Era evidente que allí no había un padre y una hija, sino un hombre y una mujer...