Lactancia i - el autobús

Teresa tiene los pechos llenos y apenas si puede respirar, su bebe la espera en casa y aun le resta un largo camino, el autobús esta casi vacío y solo el joven a su lado puede ayudarle.

El dia era frio, habia llovido toda la semana y el cielo estaba gris, pero Teresa, que se dirigia a su casa en autobus, no dejaba de sudar, incluso le costaba respirar. Habia tenido a su bebe hacia tan solo dos semanas, era pequeño, y no comia mucho, sin embargo sus senos, grandes por naturaleza, se encontraban llenos de leche, de modo que le oprimian el pecho.

-¿Se encuentra bien señorita?- le pregunto un pasajero que se encontraba en el asiento del frente.

-Eh... si... si... es que...- Teresa...

Argumentos para relatos

Algunos argumentos que no he desarrollado todavía, pero que quizá escriba mas tarde. Si a alguien le sirven, adelante, úselos, que el calor y la sensualidad derroche en las letras de todos.

1.- un hombre concuerda una cita con una prostituta que se inicia para verse en un hotel, cuando se encuentran, descubre que es su hija. Ella quiere irse pero se ve obligada por su jefe a cumplir con su trabajo.

2.-un hombre desea tener hijos pero es esteril y los tratamientos de fertilidad estan fuera de su alcance economico, asi que el convence a su esposa de que tenga relaciones con su amigo, ella acepta y se acuesta con el, una vez, dos, tres, diez, veinte veces, pero nunca queda embarazada sin qu...

Se busca empleada I

Microrelato. El jefe de una prestigiosa compañía dedicada a la moda, busca una empleada, los requisitos son exigentes: Años de experiencia laboral, buenas recomendaciones, una excelente presentación y especialmente, estar dispuesta a todo por la empresa.

-Buenas tardes, ¿señora...?

-Me llamo Maria, buenas tardes.

-Bien, señora Maria, mi nombre es Hernan. Su curriculum es impresionante, dos años aqui, tres años alla, otros dos años aqui,

siempre excelentes recomendaciones, siempre un impecable historial, siempre elogios de sus ex-empleadores, solo un pequeño

detalle.

-¿Digame?

-Tiene ya 45 años, y al ser una empresa dedicada a la moda, cuidamos mucho el mantener siempre una buena imagen.

-...

-Es usted hermosa...

Yo, Vannessa - Colegio, inocencia y pubertad I

Primer relato sobre mis días de colegiala en los que poco a poco descubrí los fetiches y deseos que compañeros, profesores, amigos e incluso familiares sentían por mi. No todos son explícitos, aunque si eróticos, pues fueron situaciones reales que relato tal como las recuerdo. Espero les agrade.

(...) subi la pequeña escalera con temor, (tengo miedo a las alturas), y escale los cinco peldaños como si fuesen el Everest, mi profesor conocia mi miedo a la perfeccion, asi que me habia enviado a mi a buscar las cosas del estante para ridiculizarme, divirtiendose al verme sufrir y de esa forma hacerme pagar por los seis meses que paso dando clase sin que yo lo escuchara.

O eso pense.

Me afiance con todas mis fuerzas de la escalera con una mano y estire la otra para tomar lo que me habia pedid...

ROMA - Esclavitud, inocencia y cena I

Cuatro jóvenes, Imilce de Hispania, Nazli de Siria, Enya de Galia y Zoe de Grecia, han sido arrancadas de sus familias y vendidas como esclavas a un rico y prominente romano, quien organiza una suntuosa reunión con sus amigos, en la que piensa utilizarlas como el sello de oro para su velada. Parte I

CAPITULO I

Al llegar a casa, el Porcio pidió a sus sirvientes que preparan todo para la reunión que había organizado esa noche. Él y sus amigos, como de costumbre, se reunirían a charlar sobre política, religión y sus aventuras de antaño, presumiendo también, sus riquezas y posesiones.

Los invitados fueron llegando uno a uno, siendo recibidos por los esclavos, quienes anunciaban su nombre y les ofrecían agua para lavarse las manos, secándose estos en sus cabellos

-¡Porcio! Amigo mío, que g...

ROMA - Esclavitud, inocencia y cena II

Imilce, Nazli, Enya y Zoe continúan su dura labor a los pies de sus amos romanos, siendo sometidas a sus mas oscuros deseos y procurando obedecerlos sin desmayar en la que parece una noche interminable de lujuria y desenfreno a la luz de las velas. Parte II

CAPITULO II

Tito se encontraba al límite, Imilce le venía succionando el miembro desde hacía horas, mirándole con su hermoso rostro juvenil de grandes ojos color marrón, mismos que le miraban con resignación y tristeza, cosa que le excitaba sobremanera, aunado esto al ocasional roce de sus dientes contra su glande y falo, que si bien, le resultaban algo molestos, también le recordaban lo inocente e inexperta que era la joven, potenciando aún más su excitación. Así, sin poder soportarlo más, Tito apret...