Lo que toda putita quiere

Esa noche yo estaba muy caliente, con muchas ganas de coger, porque mi novio, que se acababa de ir hacia menos de diez minutos, interrumpió la cogida que me estaba dando, porque tenía prisa por irse, pues tenía una reunión importante al día siguiente. Así que un poco molesta dejé que se fuera y ahora me disponía a ir a dormir a mi cuarto, que estaba en el tercer piso de la casa.

En mi historia anterior, "Una putita indecisa", conté los detalles de cómo fue que acabé entrando al cuarto de mi compañero de casa, que tenía como un mes de haber llegado a vivir y con quien casi no tenía amistad. Debo admitir que, aunque casi no habíamos hablado, porque él trabajaba todo el día y solo llegaba a dormir, desde la primera vez que lo vi, me dejó muy inquieta por el paquete que se le notaba entre las piernas. Y ahora, hacía unos pocos minutos, había yo comprobado que mis sospechas eran correct...

Una putita indecisa

Ahí estaba yo, indecisa, sin saber que hacer. Mi mente decía que subiera a mi cuarto y me acostara, que era demasiado tarde. Pero mi panochita tenía otros planes. Y como toda putita que se precie de serlo, tuve que hacerle caso.

Ahí estaba yo, indecisa, sin saber que hacer. Mi mente decía que subiera a mi cuarto y me acostara, que era demasiado tarde. Pero mi panochita tenía otros planes. Y como toda putita que se precie de serlo, tuve que hacerle caso.

Unas horas antes mi novio, que era casado, había pasado por mí, para llevarme a una fiesta con sus amigos del trabajo. Es ese tiempo yo estudiaba la Universidad por lo que compartía casa con una amiga y con un amigo del dueño de la casa, que tenía como un mes de haber llegado...

Soy tu putita

Nunca me había pasado. Si fuera en la vida real diría que fue amor a primera vista. Pero sucede que no fue la vida real y tampoco fue amor. Fue un correo de uno de mis queridos lectores y en lugar de amor fueron unas ganas enormes de darle las nalgas.

Nunca me había pasado. Si fuera en la vida real diría que fue amor a primera vista. Pero sucede que no fue la vida real y tampoco fue amor. Fue un correo de uno de mis queridos lectores y en lugar de amor fueron unas ganas enormes de darle las nalgas.

Me pasó hace algunos meses, una madrugada en que no podía dormir o más bien no quería dormir je, je. Mi marido y yo habíamos cogido como de costumbre, pero yo me quedé con ganas y él solo tenía ganas de dormir. Necesitaba hacer algo, como llamar a mi vec...

Putitas 2x1

Pensando en lo que haríamos esa noche, le ayudé a mi hermana a escoger su outfit. Le busqué un vestido bien putito que dejaba ver la mitad de sus enormes tetas y que se le ajustaba tanto, que sus nalgotas parecerían de actriz porno.

Cuando tenía 23 años, un fin de semana invité a mi hermana a bailar y le dije que se arreglara bonito porque esa noche nos la pasaríamos bien. Como soy la hermana mayor, no dudó ni un segundo en hacerme caso y se fue a su cuarto a arreglarse. Yo había quedado con mi novio, quien en realidad era mi amante, pero nadie en mi casa lo sabía, de que pasaría por mí. Pensando en lo que haríamos esa noche, le ayudé a mi hermana a escoger su outfit. Le busqué un vestido bien putito que dejaba ver la mitad de sus enor...

Puta por una noche

Tan pronto llegamos al motel me subió y me desnudó por completo, solo me dejó las zapatillas y la medias. Me dijo que se le antojaba tenerme así para meterme la verga por detrás frente al tocador.

Dentro de las cosas locas que he hecho, hace tiempo tenía la fantasía de saber que se siente ser prostituta por un día o por una noche. Así que me dispuse a cumplirla y me anuncié con un perfil falso en una red social conocida. Recibí varias solicitudes, pero una me llamó la atención y ese fue el elegido. Para guardar las apariencias, a mi marido le dije que saldría de fiesta con una amigas y que regresaría de madrugada. A media tarde recibí un mensaje que me confirmaba la cita de esa noche. De inmediato me...

La orgía de fin de curso

Recuerdo que era el fin de semestre y las vacaciones estaban próximas, por lo que, con ese pretexto, mis compañeros organizaron una fiesta en casa de mi amiga Martha.

En esta ocasión te quiero contar una historia que tuve cuando comenzaba a estudiar la carrera de Derecho. Desde siempre mis padres me han considerado una hija ejemplar y en ese tiempo tenía muy buenas notas en la escuela y al igual que ahora, tenía un buen comportamiento ante los ojos de mi familia.

Recuerdo que era el fin de semestre y las vacaciones estaban próximas, por lo que, con ese pretexto, mis compañeros organizaron una fiesta en casa de mi amiga Martha. Como ya he dicho, al ser una hija ejem...

Soy la putita de mi vecino

Todos los días es igual, tengo que planchar, preparar el desayuno y despedir amorosamente a mi marido como la “buena” mujer y “buena” esposa que soy, a las 9 a.m.

Todos los días es igual, tengo que planchar, preparar el desayuno y despedir amorosamente a mi marido como la “buena” mujer y “buena” esposa que soy, a las 9 a.m. Siempre que salgo a la puerta a despedirlo con un beso, saludamos al vecino, !Buen día vecino!

Mi marido arranca su auto y yo le hago un adiós prolongado con la mano, mientras de reojo veo a mi vecino que parece estar arreglando algún desperfecto en la entrada de su casa, que le inventó a su mujer.

Cuando el auto desaparece, entro a la...

Mi iniciación en el sexo

Mi mejor amiguita y yo ya teníamos novio, un par de chicos 3 años mayores que nosotras. Una tarde nos pusimos de acuerdo para salir los 4. Nos pareció buena idea vernos en la cancha de fútbol de nuestra antigua escuela primaria.

Soy una mujer de 30 años, de estatura media, con tetas normales, piernas bien torneadas y un culo que llama la atención por donde quiera que paso, especialmente cuando uso zapatillas, que por cierto me encantan. A esta edad ya he conocido muchas vergas y he disfrutado mucho del sexo. Mi panocha se moja con mucha facilidad con el roce accidental de otro cuerpo, ya sea en las piernas, en las nalgas, en los brazos o cuando me tocan las manos. Pero incluso es suficiente con que me miren con picardía directament...

En busca del paraíso

La plaza de toros estaba llena de hombres con pantalones vaqueros ajustados y camisas a cuadros. Yo no paraba de repasar de arriba abajo a todos con sus vergas apretaditas y abultadas bajo el pantalón. De pronto mi mirada se cruzó con un desconocido de 1.70 o 1.75 metros de estatura, de labios gruesos cubiertos por un bigote alborotado y una verga que se marcaba sobre su pantalón. Ni siquiera sabía de dónde venía ni como se llamaba, lo único que sabía era que mi vagina lo pedía a gritos húmedos.

La plaza de toros estaba llena de hombres con pantalones vaqueros ajustados y camisas a cuadros. Yo no paraba de repasar de arriba abajo a todos con sus vergas apretaditas y abultadas bajo el pantalón. De pronto mi mirada se cruzó con un desconocido de 1.70 o 1.75 metros de estatura, de labios gruesos cubiertos por un bigote alborotado y una verga que se marcaba sobre su pantalón. Ni siquiera sabía de dónde venía ni como se llamaba, lo único que sabía era que mi vagina lo pedía a gritos húmedos. Después de...