Lo que toda putita quiere
Esa noche yo estaba muy caliente, con muchas ganas de coger, porque mi novio, que se acababa de ir hacia menos de diez minutos, interrumpió la cogida que me estaba dando, porque tenía prisa por irse, pues tenía una reunión importante al día siguiente. Así que un poco molesta dejé que se fuera y ahora me disponía a ir a dormir a mi cuarto, que estaba en el tercer piso de la casa.
En mi historia anterior, "Una putita indecisa", conté los detalles de cómo fue que acabé entrando al cuarto de mi compañero de casa, que tenía como un mes de haber llegado a vivir y con quien casi no tenía amistad. Debo admitir que, aunque casi no habíamos hablado, porque él trabajaba todo el día y solo llegaba a dormir, desde la primera vez que lo vi, me dejó muy inquieta por el paquete que se le notaba entre las piernas. Y ahora, hacía unos pocos minutos, había yo comprobado que mis sospechas eran correct...