Uno de esos días.
Hasta en uno de esos días en los que todo parece salir del revés, todo puede mejorar.
El día había comenzado peor de lo mala que estaba siendo la semana, desbordado de trabajo con un jefe que lo único que hace es meter más y más presión sin el más mínimo atisbo de educación.
Para colmo, mi despertador decidió no sonar el día que presentabamos el proyecto en el que trabajamos durante meses a destajo. Todos los altos cargos estarían en la presentación y yo minutos antes de la misma me encontraba durmiendo a pierna suelta.
Cuando me di cuenta de lo tarde que era mi cuerpo se activó...