La Bella Susana y el Código Penal (3)

De cómo la Bella Susana conoce a la sobrina de Don Gennaro, Renata...

La Bella Susana y el Código Penal (3)

Por supuesto que inmediatamente le di a Giovanni todas las quejas del caso, pero para  él,  la que había provocado todo el incidente había sido yo por no seguir ninguna regla y querer jugar a ser adulto sin tener en cuenta las responsabilidades que eso trae aparejado. No lo convencí ni se apenó, ni siquiera cuando me saqué la venda y le mostré mi colita que estaba como un tomate de roja.  Se limitó a poner una sonrisa socarrona y decirme esa fatídica frase…

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La Bella Susana y el Italiano Petiso (1)

De cómo la Bella Susana aprendió a no abusar de la hospitalidad de su suegro, ese Italiano Petiso.

La Bella Susana y el Italiano Petiso (1)

Llevo ya dos años casada con Giovanni, mi novio de secundaria, a pesar de que era muy joven cuando me casé y nadie creía que este matrimonio iba a durar.

Tuve que pedir permiso a mis padres porque no había llegado a la mayoría de edad, y solamente me dejaron hacerlo porque me iba a vivir a casa de Giovanni, quien

compartía el apartamento con su padre, Gennaro, un tano zapatero remendón que trabajaba cerca de la Feria de Tristán Narvaja, y un gato...

La Bella Susana y las Palmadas Suegriles (2)

De cómo la Bella Susana comienza a obtener relativa satisfacción de las acciones del Italiano Petiso.

La Bella Susana y las Palmadas Suegriles (2)

Luego de los hechos relatados en “La Bella Susana y el Italiano Petiso” (Capítulo Primero de esta Serie), la vida en mi casa cambió mucho.

Don Gennaro, al día siguiente de mi “sculacciata” me dijo que de ahora en adelante, todos los sábados por la mañana, íbamos a examinar mi comportamiento, y ver el

tipo de corrección a que me había hecho merecedora.

En el momento no me dí cuenta de que no era “SI” era merecedora de corrección, sino de...

La Bella Susana y el Italiano Petiso

De cómo la Bella Susana aprendió a no abusar de la hospitalidad de su suegro, ese Italiano Petiso.

La Bella Susana y el Italiano Petiso

Llevo ya dos años casada con Giovanni, mi novio de secundaria, a pesar de que era muy joven cuando me casé y nadie creía que este matrimonio iba a durar.

Tuve que pedir permiso a mis padres porque no había llegado a la mayoría de edad, y solamente me dejaron hacerlo porque me iba a vivir a casa de Giovanni, quien compartía el apartamento con su padre, Gennaro, un tano zapatero remendón que trabajaba cerca de la Feria de Tristán Narvaja, y un gato ba...