Mery
El chat, gran puerta de placer...
Hacia mucho calor, estaba llegando a su ciudad, para mi desconocida, pero me acogió con su luz y alegría habituales. Ella estaría en algún lugar, adornando las calles con sus paseos, dando aroma a la brisa, regalando belleza a las flores, o quizás leyendo poesía.
Una vez en el Hotel me despojé de toda mi ropa, mi cuerpo estaba brillante por el sudor y cansado por el viaje, dejé que el agua mojara todos los rincones de mi cuerpo, con mis manos en la pared, sentía el agua resbalar por mi piel, cua...