Un viaje en el bus

El morbo está por todas partes, y se agradece cuando aparece sin avisar.

UN VIAJE EN AUTOBÚS

El autobús iba completo, nos apretábamos como podíamos. En cada arranque y parada podía ver como los cuerpos se hacían hacia delante y hacia atrás, tropezándose entre ellos. Además era verano, y el calor que desprendíamos era muy notable. Yo había conseguido ponerme al final, en la esquina y en pie, apoyando la espalda, y ya iba sudando. Volvía a casa después de haber pasado unas horas en la piscina, por lo que llevaba el bañador y una camiseta únicamente, pero aún así el sudor res...