Quiéreme a mi manera

La confianza no da tanto asco.

QUIÉREME A MI MANERA

  • Bueno, en cierto modo sí, siento un poco de liberación, es como si me hubiera quitado un peso de encima y, cosas que antes ni pensaba, ahora me apetecen.
  • ¿A qué te refieres? - Pregunté curioso.
  • ¿Te acuerdas de aquella charla en la que me preguntaste si había hecho algún trío?
  • Jamás olvidaré tu cara, sí.
  • Pues ahora no me parece una locura como antes, no sé, he pensado que probar no implica nada, salvo experimentar, y joder, si apetece y no molestas a nadie...

Dejó e...

Rebeca, mi mejor amiga.

Así perdí mi virginidad.

Rebeca era mi mejor amiga, nos conocíamos desde niños, pero ella había sido más precoz, había estado con varios chicos y en ese momento tenía novio, un chico que estudiaba medicina en la universidad. En cambio yo, a mis casi dieciocho cumpleaños, aún era virgen. A lo más que había llegado era a besar y tocar sin demasiada fortuna, y ella siempre me decía que era por mi timidez, que debería lanzarme, pero cada vez que lo intentaba no me acompañaba la suerte.

Un día, caminando hacia el instituto, me pre...

Sácatela

Elia era creativa y morbosa, y de esa combinación surge el erotismo mágico.

Cuando entramos al salón Isa ya dormía en el sofá, así que bajamos la música para no despertarla y nos sentamos en el suelo junto al equipo de música. Elia echó los brazos atrás y se apoyó sobre las manos. Cerró los ojos y movía la cabeza suavemente. Yo escuchaba la canción y la miraba. Me sentí afortunado de ser quien era y tener lo que tenía. Salió de su ensimismamiento.

—Ufff... Esta canción es genial, hasta me excita.

—Pues soy la única opción que tienes, así que tú sabrás si cambias la canc...

Salida rural

Una tarde de sexderismo.

Por la mañana fuimos a hacer senderismo, nos perdimos montaña adentro caminado hasta llegar a una enorme roca que hacía las funciones de mirador. Nos habían comentado que en esa época los ciervos estaban en celo y se podían ver las luchas entre los machos desde ese mirador, pero cuando llegamos no vimos nada más que el paisaje.

Sacamos unos bocadillos y comimos esperando pacientemente.

Cuando acabamos me tumbé. Todos hicieron lo mismo y nos quedamos dormidos.

Pasó más de una hora ha...

La chica del chat

Cuando la curiosidad aprieta nace el valor. Ella, aunque tímidamente, se decidió.

C

hateábamos a menudo. Ella tenía diecinueve años y me había confesado que aún era virgen, hasta el punto de no haber visto un pene. A mí me sorprendía porque, según se sabe, hoy los adolescentes están en contacto con el sexo mucho antes que de lo que lo estuvimos los de mi generación, pero ella era distinta, me confesaba que tenía ganas, pero que no se decidía, que sentía un poco de miedo, por una parte, y por otra no sabía en quien confiar para pedirle sin consecuencias que la dejara hacer, experimenta...

Tras la barbacoa

Cuando la fiesta acaba y hay que reposar lo vivido.

Estábamos bastante perjudicados al caer la tarde.

Isa dormía una buena cantidad de alcohol en el sofá mientras Elia, Salva y yo seguíamos compartiendo porros alrededor de la mesa de café, sentados en el suelo.

-No me queda energía, creo que me voy a echar. –Dije mareado después de apurar la cerveza.

Habíamos empezado a las diez de la mañana y sólo quedábamos los cuatro en casa de Elia.

Los cuatro éramos amigos desde el colegio, por lo que aquella casa no nos era nada desconocida.

...

Te espero en el bar

Varios meses sin vernos, muchas ganas acumuladas... Cualquier sitio es bueno.

TE ESPERO EN EL BAR

Estaba leyendo el periódico, cuando la vi entrar con aquel vestido ligero de verano y venir hacia mi mesa.

  • ¿Llevas mucho esperando? – Preguntó.

Diez minutos, no te preocupes.

Ella se sentó a mi lado, en el extremo de la pequeña mesa, a cuarenta y cinco grados de mi posición. Nos besamos cordialmente, hacía seis meses que no nos veíamos, y ambos sabíamos que ese era mucho tiempo. Hicimos un gesto a la camarera para que nos tomara nota. Pedimos una bebida cada uno...

La petición de Ana

Una lectora valiente quiere cumplir una fantasía.

LA PETICION DE ANA

“Hola, me llamo Ana, y he leído tus relatos. El motivo por el que te escribo es porque me gustaría darte una historia a narrar. Tengo un punto exhibicionista que me gustaría explotar en tu compañía, yo pasearía por un lugar acordado y tú me seguirías durante todo el trayecto. Al final tendrás material sobre el que escribir. ¿Te parece buena idea?”

Así fue mi primer contacto con Ana, al recibir este e-mail. Le respondí aceptando su propuesta. Habíamos quedado a las diez en uno...

El mejor desayuno

Hay maneras y maneras de despertar, esta es sólo una de ellas.

EL MEJOR DESAYUNO

Solo existía algo mejor que despertar con la luz del nuevo día, y era despertar con la luz del nuevo día haciendo contraluz en su cuerpo asomado a la ventana. A ella le gustaba mirar los colores del amanecer, a mí su silueta recortada y los claroscuros en su piel. El humo se elevaba delante de ella, era su primer cigarrillo, lo que me decía que ya había tomado el café. Me quedé mirándola, siempre lo hacía, era mi manera de despertar, ella lo notaba y sabía cuánto me gustaba, por eso...

La vecina voyeur del mirón.

Nunca sabes lo que encontrarás, así se descubren perversiones superiores.

LA VECINA VOYEUR DEL MIRÓN

Ella solía estar en casa con las braguitas y una camiseta corta, hacía tiempo que lo sabía y a veces me paraba a mirarla. Me apoyaba en mi ventana y la observaba como iba limpiando de aquí para allá. Ya se había dado cuenta de mi presencia semanas atrás, pero no parecía disgustarle. Diría incluso que le gustaba exhibirse, porque cuando la miraba hacía gestos y posturas provocativas y orientadas hacia mi ventana. A fecha de hoy no conozco su nombre, aunque cuando nos vemos po...