La inolvidable primera vez

Mi interés por la nautica hace que me inviten a navegar en una yate.

Cuando tenía 12 años comencé a visitar el puerto deportivo de mi ciudad, interesado en la náutica. Al poco tiempo establecí relación con un señor que se ocupaba de la reparación de los diversos yates y demás embarcaciones. Este hombre tenía un hijo de 19 años llamado Julio que pudo satisfacer en gran medida mi interés por la náutica. Con el tiempo este chico se fue mostrando cada vez más comprensivo y cariñoso conmigo, le gustaba acariciarme las piernas y la cola. Esto no me desagradaba (De pequeño tu...