Pacto de amor - mis vecinos
A las diez recogemos a Virginia y Carlos y nos vamos hacia La Casa Roja el club de nuestro amigo Salva. Hace siete años que dirige este club, lo había inaugurado con su mujer quien murió de un cáncer fulminante tres años después de la apertura. Su mujer que tenía treinta años menos que él y él mismo no enseñaron a Stone y a mí como disfrutar de una sexualidad creativa y intensa, aprovechando cada centímetro de tu cuerpo y el de tu pareja para llegar siempre al nirvana, el estado de paz y felicidad. Fue un par de meses de aprendizaje, de reconocimiento, centímetro por centímetro de nuestros cuerpos y fue la consecuencia de una gran amistad.
El mar y el cielo unidos como dos amantes me dan uno de los mejores momentos del día. Me siento serena, libre y muy feliz, como cada mañana que tomo mi café acurrucada frente a ellos en mi butaca antigua con mis gatitos ronroneando a mi lado. Desde mi terraza miro el horizonte y pienso en todo lo bueno que está por llegar. Hoy tengo mi joven vecina Virginia sentada sobre un cojín en el suelo respetando el silencio del momento, de vez en cuando se une a esta maravillosa experiencia matinal. Siempre espera...