Grushenka, Cap. XVI
El final de la historia. Grushenka consigue el sueño de su vida
CAPÍTULO DIECISÉIS
La razón por la que Grushenka no quería emparejarse de por vida con el capitán de la policía estaba, sin duda, inspirada por su aversión física hacia él. Era redondo y gordo; sus brazos, nalgas, piernas (todo lo suyo, en realidad), estaban estúpidamente redondeados y desagradablemente satisfechos de sí mismos. No era un buen amante, y, cuando, una o dos veces a la semana, ponía su dardo, corto y con pinta de colilla, en su funda y se daba un buen restregón en ella (sin considerar pa...