La Pescadora de Perlas (2)

La consumación de un sueño alucinante y omnipresente... Hasta hoy.

LA PESCADORA DE PERLAS II

Estaba todo dispuesto. Pasajes, equipaje, insumos esenciales, como útiles de aseo y en general, todo lo necesario, incluidas las coartadas para nuestra ausencia, ella de su casa y yo del "Planeta Tierra". El clima sobre Santiago, se había vuelto amenazante, pero eso no me intimidó, pues como buen "Sureño" estoy acostumbrado a la lluvia.

Cuando llegué al Terminal de Buses, me acerqué al andén en el cual estaría la máquina que nos llevaría hasta Cartagena, a unos...

Ella

Debajo de una apariencia común, una experiencia singular e irrepetible.

Ella era una mujer en todo sentido normal, vestida con su traje sastre de color gris perla, era una sombra más de aquellas que deambulan por cualquier calle, de cualquier ciudad. Quizás era funcionaria de alguna oficina pública o de una institución financiera, quizás alguna compañía de seguros. Dada su apariencia de pequeña burguesa, con certeza a sus treinta y algo, era esposa, madre o simplemente una mujer trabajadora, por autosuficiencia o quizás para incrementar el menguado caudal de fondos de una...

La Pescadora de Perlas

Una aventura alucinante de un hombre maduro que se vuelve a sentir vivo.

Camino una vez más por el puente de embarque, hasta llegar a la puerta abierta del avión. Ingreso y el sonido de mis pasos se pierde en la alfombra azul que cubre el piso del aparato. Una aeromoza de amplia sonrisa me ofrece un periódico, la saludo rehusando gentilmente su ofrecimiento. Nunca leo en los aviones, aunque en mi maletín llevo el punteo del alegato que deberé hacer ante la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago. Avanzo por el pasillo, coloco mi maletín en la paquetera superior y me e...

El Examen

Recuerdos de un encuentro de juventud.

Por aquellos días, cursaba mi tercer año de la carrera de Derecho, en la Universidad Católica, en Santiago. Por diversas circunstancias, yo había cursado mi educación media en aquella ciudad y Mariana era todavía para mí, como aquella hermana, cómplice, encubridora, paño de lágrimas, que uno nunca tiene. Por su parte ella, también hacía lo propio conmigo y me confesaba hasta sus aventuras más íntimas, como también sus desventuras, que extrañamente, para tratarse de una chica muy bonita, no eran pocas....