Los montes de Covadonga (3)

Nacho y Covadonga fijan las reglas del juego y comienzan a cumplir sus fantasias.

Cuando sonó el despertador me di cuenta que había dormido de un tirón. Me levanté de la cama y me duché como cualquier otro día. Me puse el traje y me dirigí a la cocina. Al pasar por delante de la habitación de Cova noté una extraña sensación. Me recordó a cuando era adolescente, cuando estaba liado con alguno de mis primeros rolletes y estaba próximo a encontrarme con ella, a esa mezcla de sensaciones entre nervios y excitación sexual.

No pude por menos que empujar la puerta entornada y mirar...

Enculada mientras dormía

Juan consuma una venganza largamente planeada y esperada...

Todavía recuerdo la cara de mi padre cuando le di la noticia, estaba orgulloso de mí. La noticia que le acabada de dar era algo tan tonto como que había decidido que iba seguir sus pasos y me iba a convertir en Ingeniero Industrial, y que para ello me iba a ir a la Politécnica de Madrid.

Por aquel entonces vivía en Valencia con mis padres. Mi padre era de Madrid pero por cuestiones de trabajo había terminado trabajando en Zaragoza. Mi madre era de Teruel.

Me las prometía muy felices pensand...

Los montes de Covadonga (2)

Esta vez sin alcohol de por medio, Nacho y Covadonga disfrutan de un polvazo.

Cuando me desperté todo estaba oscuro sin duda seguía siendo de noche. Tras superar la desorientación y ubicarme miré el reloj de la mesilla y marcaba las 4:11. Por la respiración pesada de Cova parecía que dormía profundamente. Ella se había tapado y a mi me había dejado, tal y como me había quedado después de la corrida. Tumbado a su lado, sin camiseta y con la bragueta del pantalón del pijama totalmente desabrochada, por lo que mi sensación era de frío, de boca pastosa y de ganas de mear, así que m...

Los montes de Covadonga

Durante la final de la champions Nacho disfruta del cuerpo de su compañera de piso.

Después de dos años de relación seria con Macarena (Maca para los amigos), estábamos en ese punto en el que yo pasaba más tiempo en su casa que en la mía por lo que empezamos a plantearnos vivir juntos. Macarena compartía piso con su amiga Covadonga, a la que todos llamábamos Cova. Era un piso enorme en la calle Ayala que al ser de un íntimo amigo del padre de Cova les costaba dos duros.

Maca y Cova se habían hecho inseparables en la residencia de monjas en la que vivieron los dos primeros años...