Historias de juventud (3)

Acaba la etapa francesa de la protagonista.

La semana siguiente la pasé disfrutando de la ciudad y de un pequeño apartamento que conseguí alquilar con la ayuda de Claudio. Auguste me propuso participar en un par de secuencias más para que poco a poco dejara atrás los nervios. Acepté encantada, pues por cada una me pagaban generosamente y eso me permitiría conservar el apartamento.

Las dos escenas se grabaron en casa de Émile, que nada más verme me besó en la mejilla y me ofreció un café. Hablamos un poco de mi nueva vida en París, y en ningún m...

Historias de juventud (2)

Nuestra joven protagonista da sus primeros pasos en un mundo desconocido.

París me pareció una ciudad maravillosa, aunque por desgracia la barrera idiomática era por el momento insalvable. Debía acudir sin tardanza a la dirección que Miki me habías dado, la de un tal Claude. Viajé en metro hasta el distrito octavo, en la orilla norte del Sena, donde localicé la dirección exacta. Era un edificio antiguo, elegante. Llamé al timbre preguntándome si Miki habría avisado de mi posible llegada.

La puerta se abrió sin que nadie contestase al interfono. Subí dos pisos de escaleras a...

Historias de juventud

El pasado de una mujer corriente vuelve para desvelar una vida en la que destacó como actriz porno en los setenta.

Llegué pronto a casa. Estaba agotada y soñaba con darme un buen baño. Disponía de tres largas horas para relajarme antes de que llegaran Rubén y los niños. Por eso me extrañó oír el ruido del televisor que llegaba apagado por el pasillo.

  • ¿Rubén? - pregunté algo inquieta.

No recibí respuesta, pero dado que no había recibido aviso alguna de la empresa de alarmas, di por sentado que debía de tratarse de mi marido, que sin duda no me había oído por culpa de la tele.

A medida que me acercaba a la...

Una pareja corriente (y 4)

Desenlace de unas vacaciones que recordarán para siempre.

Tuve tiempo más que suficiente para preparar un desayuno fresco y rico en vitaminas para intentar lidiar con tu resaca. Estaba ansioso por comentar lo ocurrido en la noche anterior pero tuve que esperar hasta casi mediodía, aunque por tu actitud era obvio que algo no iba bien. Con tus primeras palabras te interesaste por mi estado de salud, aunque los dos sabíamos que era algo pasajero que sufría casi siempre en verano, ya que en esa época solía abusar de bebídas muy frías que tomaba con demasiada frecuenci...

Una pareja corriente (3)

Nuestra pareja continúa descubriendo sensaciones inmersos en su inofensivo juego.

Al día siguiente no quedaba vestigio alguno de nubes. El sol volvía a imponer un autoritario régimen de calor bajo sus dominios y nosotros desayunábamos sonrientes pero callados. Era una extraña sensación mezcla entre timidez y regocijo. Parecía que nos hubiéramos conocido la noche anterior y ahora nos dedicábamos miradas de soslayo, intentando adivinar qué estaría pensando de nuestra actitud la persona que teníamos delante. Con el día que hace podríamos aprovechar y pasar la mañana en la playa, soltaste de...

Una pareja corriente (2)

Continuación del relato anterior. La pareja decide ponerse a prueba en una situación que pondrá un punto y seguido en vida.

El día amaneció algo encapotado. Unas nubes rojizas y alargadas se estiraban como unos dedos ansiosos de saber que se ocultaba tras el horizonte. Me levanté para preparar algo de café sin hacer ruido. Todavía dormías, relajada, y por un momento tuve la intención de despertarte bajándote tu ropa interior, acariciándote el culo y besándote el cuello, pero recordé lo cansada que te acostaste y desistí. Teníamos mucho tiempo para todo y prefería que estuvieras fresca.

El olor del café funcionó como unas d...

Una pareja corriente (1)

Una pareja normal que no se conocía tan bien como pensaba. Todos tenemos sentimientos que no mostramos ni a nuestros seres más queridos. Ella arrastra una inseguridad que deberá dejar atrás mientras su media naranja deberá adaptarse a una situación distinta a la que conocía.

El verano llegaba a

su

fin

pero

era nuestro

momento.

Cuando todos volvían de su descanso estival, nosotros disfrutábamos de unos pocos días de tranquilidad lejos del trabajo y la familia. Aparté la delgada cortina de la ventana de nuestra habitación para observar unas nubes pequeñas que moteaban el cielo. Tenemos suerte, pensé, por ahora el tiempo nos respeta. Me recordaste que cuanto antes termináramos de deshacer la maleta, antes nos podríamos dar un baño en el mar.

Unos minutos má...