Deseo suspendido en las nubes

Una fantasía largamente acariciada que culmina en la realidad más increíble

Nos encontramos en el lobby del hotel, donde acabas de llegar después de un vuelo de 10 horas, por primera vez.

Me habías anticipado tu llegada por Messenger y concretamos los detalles vía e-mail.

Yo acudo ese día a clases como si nada; pero dentro de mí, siento el nerviosismo de lo "inevitable". Empecé a contar los minutos desde el momento mismo en que me dijiste que despegabas de Ezeiza con rumbo a México. Seguí contando mientras dictaba cátedra y, después… mucho después.

Ese día, y...