La teta
Es noche de agosto, hace calor. Isabel lleva un vestido verde, escotado, aunque no demasiado; está con su perrito, el cachorro, y yo con el y ella.
La tetita
Es noche de agosto, hace calor. La niña Isabel lleva un vestido verde, escotado, aunque no demasiado; está con su perrito, el cachorro, y yo con el y ella.
Descubro que Isabel ya no es una niña por un descuido fortuíto. Ella se agacha para atender a su perrito, y todo su vestido se convierte en un hueco por el que mirar, por el que adentrarme en su torso.
Veo una pequeña teta, bien formada, con ansias por despegarse poco a poco de las costillas. La forma es puntiaguda, pero...