Por darmelas de bravo
El pago de una infidelidad lo lleva a cumplir un requerimento de su mujer, lo cual es un desquite con un hombre.
Mi país ni mi ciudad importan, mi nombre es Miguel y el de mi esposa Corina llevamos diez años de casados y una excelente relación sexual. Tengo 34 años y mi esposa 30, algunos datos; debo decir que no soy un adonis, con un rostro bastante regular, mido 1,70mts, 68 kilos, con una incipiente barriga y de color trigueño claro.
Esto sucedió el año pasado, lo que paso, es un hecho real de mi vida, y lo escribo porque hubiese querido que no lo fuera, deseo comentarlo por este medio pues si lo consult...