Crucero relajante (Segunda parte)
Continúa el crucero del relax
Desperté de la siesta y me sentía en la gloria, Elena y yo habíamos hecho las paces y aún nos quedaban 3 días de descanso. Miré a mi izquierda y ahí estaba ella, dormida, con su cabeza apoyada en mi pecho mientras yo la abrazaba. Era afortunado por tener a una mujer tan dulce y cariñosa a mi lado, y los pequeños dramas que en ocasiones montaba parecían insignificantes. Le di un beso en la frente:
- Me voy a la ducha, deberías despertarte que nos tenemos que preparar
Entré en la ducha, me estaba...