Nocturnidad y Alevosía
Era verano, ya de madrugada, llegue tarde del trabajo, cómo últimamente me pasa demasiado. Entré despacio sin hacer ruido. Porque sabía que ella estaba dormida, mí amor, mí princesa.
Era verano, ya de madrugada, llegue tarde del trabajo, cómo últimamente me pasa demasiado. Entré despacio sin hacer ruido. Porque sabía que ella estaba dormida, mí amor, mí princesa.
Me di una ducha rápida y me fui a la cama, ya había cenado. Al acercarme a la cama la contemple, la luz de la luna entraba por la ventana y podía ver su cuerpo desnudo sobre la cama. La reacción, de mí órgano preferido, fue inmediata, erecto cómo el mástil de una bandera. Hacía tiempo que no saciaba mí hambre de sexo y te...