¿Premio o castigo?
Una preciosa Ama pone a prueba a su rendido esclavo.
¿Premio o castigo?
No había marcha atrás, mi Ama Verónica ya lo había decidido y sus palabras eran ley. Resonaba en mi cabeza esa frase con la que había terminado nuestra conversación telefónica: "mañana tendrás tu merecido".
Llevaba al servicio de mi Ama cerca de dos años. Dos años intensos en emociones y en experiencias. La adoraba como el ser supremo que era. Y era consciente de que no podía ser de otro modo. Nací para servirla, por muy tópica que parezca la frase. Desde el primer día qu...