En el baño de discoteca
Eran demasiadas las ganas como para esperar más...
Esa noche encontraba más receptiva a Sara después de tantos días tonteando, de tantas ganas contenidas de ir más. Un poco bebida, lo que frenaba su deseo parecía haber desaparecido, se podía notar en la forma en que me miraba. Ambos sabíamos lo que queríamos, solo que esa noche ella dejo de contenerse y se dejó llevar.
En medio de la pista comenzamos a besarnos. Por fin podía sentir sus labios junto a los míos, su lengua jugando con la mía. Pero al ver sus ojos supe que aquello no iba a ser todo lo qu...