La marranita
La marranita espera ansiosa en su pocilga a que su amo venga a traerle la comidita
Ya antes de abrir la puerta de la cuchiquera oigo a la cerdita rascarse contra la madera. Debe de ser que me huele ya mucho antes de llegar… a mí y a la comida. La muy guarrona tiene siempre tanta hambre como ganas de follar. Abro la puerta con cuidado, para que no se precipite hacia afuera, y la tengo que castigar con la vara, para que no se me desmande, pero la alegría la desborda y no consigo que se esté quieta más que pegándole duro. Aunque tiene el culo y los muslos marcados por la vara, en su cara se...