Mi mujer consumida por el deseo
Sus manos comenzaron a recorres suave y gentilmente el cuerpo de mi esposa, y al mismo tiempo con firmeza y seguridad, la seguridad que da el saberse amo de una situación, la experiencia y la nula resistencia que encontraba, ni de mi, ni de mi esposa salía ninguna objeción, ni la más mínima a lo que estaba haciendo.
MI ESPOSA CONSUMIDA POR EL DESEO
Ahí estábamos los dos, mi esposa y yo de vacaciones en la playa, tendidos en dos sillas de playa, ella lucia un bikini negro que resaltaba sus líneas y yo en la silla de playa a su lado.
Era nuestro primer día de vacaciones, habíamos llegado la noche anterior y como había sido un vuelo muy largo estábamos algo cansados por lo que después de desayunar decidimos recostarnos en las sillas de la playa para descansar.
Todavía era media mañana y no hacía dem...