Persiguiendo palabras
Y de su voz sólo quedó la nada...
PERSIGUIENDO PALABRAS
Y de su voz sólo quedó la nada. Un vacío se apoderó de su garganta y se convirtió en su dueño y señor. Las palabras se esfumaron y de un solo soplo se hizo el silencio absoluto en ella. Quiso preguntar a dónde se habían llevado sus palabras pero olvidó que ahora nadie podía oírla.
¿A dónde van las palabras nunca dichas?
Y lloró, pero las lágrimas no hablan, nadie las escucha, se ahogan en el mismo momento en que brotan de los ojos y se deslizan por las mejillas. ...