Por los campos de Castilla

Osea que se traen alguna guarra a la bodega. No. Aquí solo entran los hombres - me dijo muy serio. Entonces Pues eso que hacemos una fiesta de machos. Hala Paca bailanos un poco para agasajar al muchacho.

Hacía un calor de tres pares de cojones. Desde luego no era el mejor dia para andar en bicicleta por aquellos polvorientos caminos de tierra. Pero es que en el pueblo me aburría como una ostra perlera.

Hacía unos meses que había nacido mi primer hijo y mi mujer se empecinó en ir a pasar el verano a la casa de sus padres en el pueblo para que la familia conociera al niño.

El pueblo era el típico villorrio mesetario con cuatro casas que por tener no tenía ni bar. Para más inri mi mujer todavía...

Aprendiendo con el vecino V

Metí un dedo por la cinturilla de su pantalón y le aproximé a mi. Luego le desabotoné, le bajé la cremallera y a continuación tire de sus pantalones que cayeron hasta sus tobillos. Se quedó en calzoncillos que estaban estampados con dibujos de Spiderman.

El verano se acabó y volví a mi rutina. Me acordaba constantemente de mis encuentros con el vecino y me mataba a pajas

rememorándolos

. A veces nos cruzábamos en el portal pero me evitaba y se negaba a subir conmigo en el ascensor.

Me planteé buscarme un rollete en el colegio con algún amigo o incluso con un cura baboso que se comentaba que era sarasa. Pero abandoné la idea enseguida. Si mis compañeros se enterasen de mis gustos sabía que me harían la vida imposible y el viejo cura la ve...

Aprendiendo con el vecino IV

Se dirigió hacia mí y sacando las llaves abrió la puerta y tras entrar intentó cerrarla sin permitirme pasar. Como no me dejes pasar le cuento a mis padres lo que me hiciste - le dije empujando con rabia la puerta.

Continuación de Aprendiendo con el vecino III

Durante la semana subí ansioso a casa de mi vecino. Pero por mucho que insistía llamando a su puerta no abría. Estaba seguro que estaba en casa. Era un sin vivir. Continuamente tenía en la cabeza sus dedos clavados mi culo o cuando su lengua me chupaba el ojete. Me masturbaba mientras me penetraba con mis dedos. Pero no era lo mismo. Estaba totalmente obsesionado con tener aquel pollón enterrado en mí y sabía que no podría descansar hasta conseguirlo. Pe...

Aprendiendo con el vecino III

Sin darle tiempo a reaccionar me metí bajo las sabanas y me abalancé sobre su polla. Me la tragué de un bocado tal era el hambre atrasada que tenía verga.

Continuación de Aprendiendo con el vecino II

Aquel fin de semana había sido un sin vivir, mis padres se empeñaron en programar actividades familiares y no pude subir a casa de mi vecino. Al fin el lunes cuando se fueron a trabajar subí corriendo a casa de Román.

Tras picar repetidas veces nadie me abrió así que me volví a mi casa. Lo intenté otras dos veces a lo largo de la mañana pero no obtuve respuesta. Al fin caí en la cuenta de que trabajaba por turnos y una semana tocaba turno de día y...

Aprendiendo con el vecino II

Temeroso metí la mano por la abertura del calzoncillo y tanteé buscando su pene. Cuando lo tuve agarrado lo saqué con esfuerzo. Joder que pedazo de polla tenia el muy cabrón, dormida era como la trompa de un elefante.

Continuación de Aprendiendo con el vecino I

Lo que había sucedido en casa de mi vecino me traía loco. Ese mismo dia, en la noche, puse en práctica lo aprendido y me masturbe repetidas veces. Una vez que eyaculaba me avergonzaba por haberme dejado hacer aquello, pero al rato me volvía a acordar de su mano frotando mi polla y se me ponía tiesa de nuevo.

Pasaron varios días y no me atreví a subir de nuevo a su casa. Mas un dia que volvia de la calle coincidí con él en el ascensor. Le miré de medio...

Aprendiendo con el vecino I

Me fijaba en su paquete para confirmar si aquel pedazo de cosa era real o habían sido imaginaciones mías. Evidentemente el bulto que se marcaba en la entrepierna ocultaba algo muy grande.

Cuando ocurrió lo que os voy a narrar era muy joven y debido a mi apariencia física mi aspecto era aún más aniñado de lo común a mi edad. De aquella tampoco era muy alto y estaba muy delgado. Apenas tenia vello en ninguna parte de mi cuerpo y mi sexo habia comenzado lentamente a desarrollarse. Lo único que resaltaba en mi fisonomía era un culito marcado y respingón, y no era extraño que adultos de ambos sexos me lo mirasen lascivamente. Esto a mi me agradaba.

En aquella época mi familia vivía en un...

Mal Aire

Claro que eres maricón. Que no joder, que nunca me lo he hecho con ningún tío. - le contesté Tu eres un puto maricón aunque todavía no lo sepas. Verás cuando acabe contigo como me das la razón.

Cuando me bajé del autocar me quedé impresionado mirando la majestuosa montaña. En la cúspide brillaba aún la blanca nieve que contrastaba con la verde foresta a sus pies y el cielo de un radiante azul sin mácula alguna.

Embobado como estaba contemplando el paisaje no me percaté que estaba en medio de la calzada cuando el chirriar de los frenos y el potente bocinazo me sacó del ensimismamiento.

A escasos metros de mí se encontraba un destartalado y sucio Pick-up. En su interior un individuo me talad...

El vecino de arriba

De repente su cuerpo empezó a convulsionarse de tal forma que pensé le había dado un ataque. Babeaba con los ojos en blanco mientras temblaba como un mimbre azotado por el viento. Mire hacia su sexo y entonces comprendí lo ocurrido.

Aquella tarde había vuelto a suceder, yo estaba en mi habitación estudiando cuando noté como si alguien estuviera observándome. Sentía una enorme sensación de sentirme vigilado. - ¿Quién estará mirándome?.Muy despacio levanté la cabeza de mi libro y miré por la ventana que esta frente a mí. ¡Sí!. Allí estaba él. Como imaginaba era José Luis, el vecino del tercero, que a través del patio de luces, su piso estaba frente al mío, estaba mirando a través de los cristales. Aunque al momento que vio que yo levanta...

Luna Mora: En el caserío

El macho, enfervorecido en la monta, no se detuvo ante mis súplicas y de un puntazo enterró todo el glande. Mi cuerpo se curvó como alcanzado por un rayo y alcé la cabeza de la cama.

Este relato es continuación de “Luna Mora: In fraganti”. Si no la habéis leído el hacerlo tal vez os ayude a comprender mejor este y el  próximo que publicaré en breve.

El haber pillado in fraganti a mi hijo con su amigo en el palomar me hizo rememorar aquel verano con Iker.

En aquella época vivía con mis padres en el caserío familiar próximo a Larraitz en el municipio guipuzcoano de Abaltzisketa, a los pies del monte

Txindoki en la Sierra de Aralar. Un hermoso enclave en el País Vasco m...

Luna Mora: In fraganti

¿Quieres que te enseñe como follar? Pero yo no tengo agujero De mentirijillas hombre Bueno vale

Nunca me imaginé que pudiera ocurrir pero ocurrió. Me había trasladado a aquel pueblecito en las estribaciones de Sierra Nevada, la tierra que lo rodeaba era seca, ocre, árida, casi desértica. Una humilde población de viejas casas enjalbegadas, adosadas las unas a las otras y todas con un terrado cubierto de baldosas rojizas. Desde esas azoteas, a lo lejos, se veía el mar. Pero antes de llegar a él se encontraba otra mar donde se reflejaba el sol que golpea con  dureza en aquel cielo siempre límpido. El mar...