Cogiendo en el baño de damas

Un orgasmo es tan delicioso que nunca le digo no, así sea en un baño público… Confieso que me dejé amar más por las ganas que por el amor. Lo haría de nuevo mil veces.

Las relaciones lésbicas son a veces idealizadas, pareciera que son excluyentes o enfermizas, pero no es así. Simplemente es la búsqueda del placer. Lo aprendí muy bien en un delicioso encuentro sexual con una estudiante de mi cátedra de literatura… Dictaba algunas clases en el laboratorio de informática en el tercer piso, tenía un grupo de estudiantes jóvenes, alegres, amables y cercanas conmigo. Había una estudiante que permanecía mucho tiempo “por ahí”, así que conversábamos, almorzábamos, la acercaba en...

Lo hice en sala de maestros

Una de mis fantasías es hacer el amor en sala de maestros. Tengo varias desde que conocí a un hombre que me quita el aliento y me hace humedecer mientras me mira, quiero hacerlo mío y sacarle hasta la última gota de semen, quiero exprmirlo y hacer que disfrute al máximo estas ganas que le tengo.

Creo que me estoy derritiendo por ese hombre. Él no admite lo que le hago sentir, pero me mantiene excitada las veinticuatro horas del día. Hoy por pura casualidad coincidimos en el trabajo. Es sábado, hay poquísimos empleados por ahí. Nos vimos temprano, pude ver en sus ojos el deseo, su mirada pervertida, sus labios sedientos de mi saliva pecaminosa.

Al finalizar la jornada, pensé que no pasaría nada, que todo seguiría en mi imaginación. Me acariciaba los senos pensando en él… cuando llegó a la sala...

Me masturbé pensando en mi jefe

Autosatisfacerse a veces resulta difícil, lo mejor es inspirarse en las fantasías más locas, más indecentes y hasta inmorales para lograr mucho placer a solas. Últimamente pienso en mi jefe, no sé si el piensa en mí, creo que sí, porque me ha sorprendido con besos furtivos en la esquina de mi boca.

Lo que me excita en este momento es pensar en tener sexo con él, besarlo, chuparle el pene, que me penetre sin preservativo, que me llene con su leche caliente.

Él es mi jefe. Es un hombre muy atractivo, serio, profesional.

Sin embargo, parece muy sexual, mundano y buena cama. Por eso he decidido masturbarme pensando en él.

Me imagino que estamos solos en su camioneta. Me he colocado una lencería atrevida, estoy lubricada y excitada. Él me besa, yo lo devoro con mis besos y con mis ganas,...