Perversa pasión
Las tetas, cubiertas con un corpiñito naranja, si que eran una extraordinaria obra de la ciencia. El ombliguito al aire pedía besos y lenguas. Vestía una minifalda de cuero negro cortisima. No usaba medias y las piernas, preciosas, parecían tan suaves como las de cualquier mujer. Pero era un travesti. Algo en ella delataba al macho. Algo declaraba que debajo de la pollerita había un bulto que no debía estar ahí.
PERVERSA PASION
Lo conocí o la conocí en una manifestación. Estaban protestando contra la promulgación de la ley contra la prostitución.
Prefiero pensar que "la" conocí.
Prefiero hablar de "ella".
Medía un metro setenta, pero con esos tacos crecía unos diez centímetros.
La cara era una maravilla de la naturaleza o la cirugía. La nariz fina, los ojos rasgados, los labios carnosos, el mentón delicado y los pómulos salientes rivalizaban en belleza. Llevaba el pelo negro largo h...