EL HAREM XIX: Domingo Almuerzo y despedida

Relato Real. Una travestí es llevada por su novio a una reunión de amigos y vivirá momentos inolvidables.

Comenzaron a entrar en el comedor todos los amos, mientras que las siete esclavas y Hadifa permanecíamos de pie, tras el sillón que iría a ocupar nuestro amo verdadero, en mi caso Mustafá.

Tras sentarse todos, Hamtum interrumpió la algarabía para comunicar y celebrar que había alquilado por tres meses a la esclava Azahara y por eso la tenía a su lado. Su amo Hatim, le interrumpió diciendo que no había querido comprarla, pues él se la ha ofrecido en venta, ya que era el anfitrión y además estaba loquit...

EL HAREM VIII. Mañana de domingo, sumisión y humil

Relato Real. Una travestí es llevada por su novio a una reunión y vivirá momentos inolvidables.

El sol que entraba por la ventana y el palpitar persistente con ritmo constante que notaba a la altura lumbar, provocado por el movimiento acompasado de la polla erecta de mi amo, me hicieron despertar.

Mi amo me tenía cogida férreamente por la cintura con su mano derecha y se hallaba totalmente unido su cuerpo con el mío. Sus huevos los notaba como presionaban contra  mi coño.

Como estaba profundamente dormido, me quede inmóvil disfrutando aquellas palpitaciones de aquel pollón erecto y el calo...

EL HAREM: VII follada por fin por el amo

Relato real, una chica travestí, sumisa y pasiva, a la que su novio le hace vivir un fin de semana inolvidable

Estando recogiendo y limpiando la habitación, llegó Hadifa quien me increpo diciendo: “Que haces putón…tu amo te está buscando y necesita tu coño yaaa…”, “estoy recogiendo y limpiando la habitación…así me lo ordenó el amo Hadil” conteste yo con voz bajita y agachando la mirada.

“Corre a la habitación número nueve, donde te espera tu amo Said, que te va a dar la que te mereces…, por puta y tonta” me ordenó Hadifa y yo salí corriendo por el pasillo hacia la habitación número nueve.

Mi amo Said, se...

EL HAREM VI: El pago del premio y el nacimiento d

Relato real, una chica travestí, sumisa y pasiva, a la que su novio le hace vivir un fin de semana inolvidable

Cuando ya estaba maquillada y lista, Hadifa me puso de nuevo el velo y dándome un fuerte pellizco en la nalga derecha, me dijo “vamos putón a follar esa pollita joven y caliente del amo Hadil. Trátala como tú sabes…”.

Detrás de ella me presente en el salón, donde las únicas dos mujeres éramos nosotras dos. Hadifa se dirigió al amo Hadil y le dijo “aquí tiene amo la puta que ha ganado en el juego y que ha elegido, se llama Tatiana”.

Hadil me dio un fuerte manotazo en el culo y me dijo “puta escla...

EL HAREM V: El juego de la mesa.

Relato real, una chica travestí, sumisa y pasiva, a la que su novio le hace vivir un fin de semana inolvidable

Al llegar de nuevo a aquel salón, tanto Esther como yo fuimos al encuentro de nuestros amos. Said departía con Hamtum en una pequeña barra de bar que había en uno de los rincones. Al llegar, mi amo me indicó, con el dedo señalando al suelo, que me arrodillara entre él y su acompañante. Cosa que hice inmediatamente.

Escuche como los hombres volvían a hablar de chicas como nosotras. Said decía refiriéndose a lo que había escuchado hablar durante la comida, que las españolas éramos las que más les gustab...

EL HAREM IV: el sufrimiento de una puta nueva

Relato real, una chica travestí, sumisa y pasiva, a la que su novio le hace vivir un fin de semana inolvidable

Cuando Said empezó a subir las escaleras, Hadifa aviso con la voz “esclavas vuestro amo”, saque enseguida el plug a Esther y me lo coloqué yo. Abrí la puerta y ambas nos pusimos de rodillas. Nos preguntó nuestros nombres y se lo dijimos las dos, dirigiéndose a mí y diciéndome: “tu cerda Tatiana, comienza a lamer el coño a este putón y pónmela cachonda”. Así lo hice, Esther se puso a cuatro en la cama y comencé a lamer su precioso coño, limpiamente depilado y sabroso, oliendo a rosas.

El amo Said, sali...

El harem ii: la subasta

Relato real en el que una chica travestí, sumisa y pasiva, a la que su novio le hace vivir un fin de semana inolvidable

Entre nosotras hablábamos bajito, pero casi todas sentíamos como nuestros clítoris enjaulados, presionaban sobre aquellas jaulas que los hacían prisioneros, deseosos de crecer y explotar por el morbo de la situación, provocándonos aquella presión hasta dolor.

Las siete, con los velos transparentes, resaltando nuestros ojos estupendamente maquillados, las uñas pintadas de pies y manos, los labios destacando con un rojo intensísimo, la verdad, que éramos siete guapísimas yeguas pura raza española, que i...

EL HAREM III: Cena y partida de cartas.

Relato real, una chica travestí, sumisa y pasiva, a la que su novio le hace vivir un fin de semana inolvidable

Cuando volví a la cocina, las demás habían comenzado a montar la mesa donde iban a comer los amos. Entre todas enseguida quedó dispuesta, permaneciendo todas al fondo de pie, esperando que llegaran, en la misma formación que al principio. Entraron los dueños y apresuradamente nos dispusimos a mover su silla para facilitarles sentarse. Cada una teníamos la obligación de servir a su amo respectivo. Cuando me arrimaba a servir a mi amo Said, éste me cogía por la cintura y bajando su mano hacia mi culito, inten...

El harem ii: la subasta

Una chica travestí es llevada por su novio a vivir momentos que no olvidará nunca.

Entre nosotras hablábamos bajito, pero casi todas sentíamos como nuestros clítoris enjaulados, presionaban sobre aquellas jaulas que los hacían prisioneros, deseosos de crecer y explotar por el morbo de la situación, provocándonos aquella presión hasta dolor.

Las siete, con los velos transparentes, resaltando nuestros ojos estupendamente maquillados, las uñas pintadas de pies y manos, los labios destacando con un rojo intensísimo, la verdad, que éramos siete guapísimas yeguas pura raza española, que i...

El harem i: la llegada

Una chica travestí, sumisa y pasiva, a la que su novio le hace vivir un fin de semana inolvidable

A la hora fijada me llegue a las inmediaciones de su casa, al lugar donde me había dicho que le esperara. Como me había él indicado, solo llevaba en una mochila una peluca, una faldita corta, un top, varios tangas, medias y ligueros y dos pares de zapatos y unas sandalias con mucho tacón. Mi clítoris y cumpliendo su indicación, lo había encerrado en una hermética jaula metálica color plata. Me recogió con su coche en aquella glorieta donde habíamos quedado y puso dirección por la autovía de La Coruña. Desde...