Hotel del mar
Un turista vive un episodio inesperado con un jovencito de un puerto mexicano.
El calor era sencillamente insoportable. Al igual que los ronquidos sin compás del gordo, que dormía en una cama junto a la del Roberto.
Sin conciliar el sueño, Roberto se levantó y salió al balcón que miraba al oscuro patio central de esa casa, adaptada como hotel de cuarta categoría, al que Lorenzo y él se habían visto forzados a llegar. Puerto Escondido, al suroeste de México, estaba saturado de turistas ese 27 de diciembre del 95. Había sido una mala idea viajar sin reservación alguna, en un...