Cambiando de aires

- Bien, esclava, ahora que eres oficialmente mía vamos a limpiarte adecuadamente para empezar – Y tras propinarme un azote que casi me tira totalmente al suelo me quitó el buttplug sin miramientos y me hizo seguirla.

Había tenido un viaje a Madrid placido; al fin conseguí probar el Ave, un tren rápido y seguro que en menos de dos horas me dejaba en la estación de Atocha.

Durante unas horas me dedique a pasear por mis rincones favoritos de la gran ciudad, pero al fin me decidí a parar en una pequeña cafetería, Ribes se llamaba.

Días antes y a través de una de las múltiples redes sociales había quedado con una persona especial para ese día. En pleno centro de Madrid, puerta de sol estaría abarrotada.

Me...

Aria

Me puse delante de ella y me acuclille, agarre firmemente su rosto y se lo levante sin mesura, ella no levanto su mirada ni oso mirarme directamente. Yo le pregunte si estaba dispuesta a todo o tan solo quería un pequeño experimento. Con el mismo hilo de voz de antes respondió que esperaba de mi dur

Desde mi posición, acostado sobre la cama, observe en silencio a Aria; observaba desnuda a través de la ventana, un pequeño hilillo de humo subía por entre sus caderas donde tenía apoyada, sensualmente, su mano y entre sus dedos un casi acabado cigarrillo.

Su lacio pelo rubio con deliciosos mechones cobrizos hacia contraste con su casi dorada piel. Su pequeño culo terso y un tanto abierto me observaba desconsideradamente. Sus pequeños y a su vez turgentes pechos estaban cuasi apoyados sobre el cristal...

Rebeca

La Dominatriz se acercó a Rebeca y sin miramientos metió un dedo profundamente en el coño, Rebeca aún no estaba húmeda y se quejó profundamente por aquella invasión. Falta un buen plug en ese otro agujero querido, dijo Mamen en un tono burlón y con una media sonrisa de maldad...

Ver esos hermosos ojos verdes arder en el fuego, como una llama esbelta y poderosa que incendia a cada paso que da. Me recuerdo a mí mismo por qué estoy allí. Su suave seda dorada, que siempre me apetecía acariciar tras haber sido azotada, brillaba como ascuas.

Tenía un hermoso cabello color azabache, que caía grácilmente sobre sus hombros y se desparramaba intentando llegar hasta la base de sus nalgas, que a duras penas rozaba.

Observaba su hermoso cuerpo, pese a no estar bien torneado, ni ser...

Tras El Perfume...(Segunda parte)

Estaba mareado, aturdido, sudoroso, humillado y relleno de semen, pero eso era tan solo el principio. Alguien, unas manos femeninas al menos, había agarrado firmemente mis huevos y los estaba atando de tal manera que me hizo pensar que iban a estallar. A su vez introducía una especie de varilla por mi uretra, era muy fría y supuse que era de metal.

Mi cuerpo temblaba de arriba abajo como si fuese un flan, aquellas palabras me habían quitado el aliento y mi mente comenzó a pensar rápidamente “¿yo una zorrita, Lulu?”… un sudor perlado comenzó a recorrer mi cuerpo.

El antifaz volvió a tapar mi vista haciendo que mi imaginación volara, algunos temores que había rechazado hace tiempo volvieron a aparecer. ¿Volvería a recuperar mi vida tranquila?

Mientras mi mente volaba los acontecimientos ocurrían a mi alrededor, escuchaba jadeos, fuertes golp...

Tras El Perfume...

Me había relajado considerablemente esperando y el sonido de la puerta, el sonido de los tacones que se antojaban finos y altos, me pilló todo de sorpresa haciéndome dar un respingo. Una mano firme se posó sobre mi hombro izquierdo y la voz de Lorena me indico que no me moviese en absoluto. Con firmeza puso el collar de postura firmemente sujeto en mi cuello. Su voz volvió a susurrar que pusiera mis manos a la espalda. El armbinder fue colocado rápido y sin apenas dejarme espacio para sorprenderme. El primer azote fue doloroso, era un aviso de lo que iba a pasar.

Entre el vaivén de la gente en plena plaza del ayuntamiento, yo  estaba sentado disfrutando del hermoso día que hacía. Era mediados de marzo, las temperaturas ya llamaban a irse despojando del abrigo, incluso a ir en mangas de camisa. Valencia en esa época se vuelve todo bullicio, las fallas son una hermosa fiesta; el gran monumento de la plaza ya estaba casi montado.

Mientras la gente pasaba yo apreciaba los placeres de la vida, un buen libro “El perfume” y pequeños sorbos de un delicioso cappuccino....