El Viaje Descontrolado (2)
Tania sigue con su viaje.
El Viaje (II)
Por la noche, ya más tranquila, ceno con el señor y su mujer. Ella es una jovial y oronda panadera que me trata como su fuera su hija. La panadera dispara las palabras como una metralleta mientras su marido no abre la boca.
Yo me concentro en ella. No quiero ni mirarle a la cara, seguro que, si lo hago, veré mi abierto coño separándole los ojos, en ves de su nariz y boca . No creo que pueda volverle a mirar a la cara.
Dedico los dos siguientes días a visitar la ciudad. S...