Caso Almeida 11. Cuenta atrás

Nuestra agente está en apuros ahora que el caso está acelerándose. Muchas cosas le pasan en 72 horas.

11- Caso Almeida

No tengo más de 30 segundos para buscar el número en su móvil. Si no lo consigo no habrá servido de nada dejarme follar por enésima vez. Sobretodo pienso en mi culo, joder, al final van a tener que ponerme puntos. Oigo la cadena del wáter y casi se me cae el teléfono al suelo: -Vamos, vamos, ha de estar ahí, mierda!! ¿por qué no unifican de una puta vez los menús entre marcas de móvil?... Bien, por fin aquí está, llamadas entrantes. Jodeeer . Me sudan hasta la uñas y las manos...

Caso Almeida. Sí, sí, sí. No, No, no. (10)

El caso continúa y cada vez avanza más y mejor. La agente encargada está contenta. Sale a celebrarlo... no le durará mucho la alegrís.

10- CASO ALMEYDA

Nunca había pensado que me sentiría tan contenta de estar entre esas cuatro paredes.

Nunca había pensado que acabaría ahí. De joven soñaba con muchas cosas pero nunca con eso.

Yo, una poli. Pero me encantaba. Esa era la verdad. A base de esforzarme mucho y, supongo que el esfuerzo de abrirme tanto de piernas me habían permitido tener, por fin, mi propio despacho. Aunque sea por compasión. No me importa.

Tengo que poner orden a todas las pistas recogidas hasta...

Pasajero oscuro 2. Desarrollo

Continuamos conociendo la historia de nuestra amiga y su amigo interior, esa vocecita con poder que la obliga a hacer tantas cosas que ella no desea... ¿o sí?

Para mí los humanos, tanto machos como hembras, no son más que un simple recipiente de genitales creados para mi uso y disfrute. Bueno, mejor dicho, para uso y disfrute de mi oscuro acompañante interior. Yo no dejo de ser otro recipiente más con algo que la mayoría de los otros no tienen. Y no os penséis que no soy humana... Técnicamente lo soy pero carezco de algo que la especie humana no ha dejado nunca de ensalzar: sentimientos. El espacio que el resto llena con amor, rabia, rechazo, aprecio, hobby...

Pasajero oscuro 1. Presentación

Nuestra protagonista no está sola. Una vocecita interior la obliga a hacer cosas que ella desaprueba.... aparentemente. Conozcámosla.

Consigo saltar de la cama para ir a trabajar, pese a la persistente sensación de desesperación que había florecido en mi interior desde que había abierto los ojos. Me siento envuelta en una niebla de dolor que sólo sirve para recordarme que era un dolor carente de propósito y que parecía inútil repetir el ritual vacío del desayuno, el largo desplazamiento hasta el trabajo... ningún motivo en absoluto salvo la esclavitud de la costumbre. Con el tiempo he descubierto que, por más que nos esforcemos, aún...

Escrito olvidado

Él se deja un escrito olvidado en una mesa. Ella lo leerá y... ¿que sorpresa encontrará?

Escrito olvidado

Lo llevo viendo cada día desde hace meses. Siempre viene solo, se sienta en la misma mesa y se pone a escribir antes y después de comer. De vez en cuando lo pillo mirándome. Me pone nerviosa, no sé porqué pero no puedo sacarme de encima la sensación que está escribiendo sobre mí.

Y llegó el día: se fue, como siempre a la misma hora, pero olvidándose un papel sobre la mesa. Nada más salir él del restaurante me levanto y recojo el papel. Espero que nadie se haya dado cuenta....

Caso Almeida. Encuentro inesperado (9)

Tania, la policia es vigilada... qué pasará cuando el vigilante se decida a darse a conocer?

Este pasaje no saldrá en ningún informe del caso… enseguida veréis por qué.

Al llegar del ático, Jacinta está tan eufórica que me da el resto de noche libre. Al parecer el adinerado matrimonio ha sido especialmente generoso, dejando una suculenta propina de la que me toca una buena parte. Salgo a la calle con un buen fajo en el bolso. Ya estoy harta y decido que me lo quedaré yo. Paso de entregarlo al cuerpo. Para cuerpo sufrido el mío.

Me dirijo a casa pero me lo tomo con calma. Paseo tra...

El club, mi novio y el camarero

Mi novio y yo decidimos ir a un club de swingers y... veamos qué pasa.

El club

No podía creer que estuviésemos allí. Me lo había imaginado miles de veces desde que decidimos ir. Había visualizado un local lúgubre de suelo resbaladizo lleno de gordos y gordas todos feos e incapaces de ligar en el mundo real. Pero no. Si no fuera por esas salas enjauladas que rodean el espacio principal podría parecer cualquier pub de cualquier ciudad. Es verdad que, entre el gentío, se dislumbra algún rítmico y sospechoso movimiento de cabeza, se oía algún que otro jadeo demasiado a...

Memorias sexuales (8: un encuentro especial)

Relato de una noche especial con alguien especial.

Memorias VII

De nuevo un capítulo más. Este no sigue la evolución de los anteriores pero sí que fue muy importante para mí.

Era verano. Las fiestas del pueblo. Un amigo de la facultad vino, supongo que cansado de oírme hablar siempre de ellas y, sobretodo, porque no tendría ningún plan mejor.

Era la segunda noche de fiestas y él se había enrollado con una amiga mía mientras que yo, inexplicablemente, me había pasado las dos noches en blanco. Los dos volvíamos a eso de las 5-6 de la ma...

Memorias sexuales (7: Mi primera vez por el culo)

El relato continua del anterior, pero acaba con la desvirgacion de mi unico agujero que quedaba.

Este capítulo de mis memorias arranca justo después del relato anterior. Para haceros un resumen el tío que me gustaba se había enrollado con una de mis amigas y yo, esa misma noche, busqué cobijo en los brazos y entre las piernas de un taxista.

Y después del taxista vino un camarero, un médico, un DJ, un quiosquero, un paleta y muchos más que no supe de qué trabajaban. Casi cada fin de semana me pasaba uno por la piedra. Y sin repetir.

Recuerdo una noche que Dani y Esther no paraban de com...

No en el trabajo

Pequeño relato de algo que no se debe hacer en el trabajo.

Esos pantalones de algodón verde militar alcanzan la perfección al llegar a su culo: dos cúpulas de proporciones perfectas que sobresalen suaves y turgentes de una forma que sólo el contacto directo de la piel puede conseguir. A contraluz se intuye la tela más fina y apetitosa que un hombre puede imaginar entre dos nalgas. Un diminuto trozo de ropa interior

triangular e

impregnado de un aroma que me vuelve loco. Me encantaría ver cómo se las quita: sus manos tirando de los costados, la raya de s...