¿Solo una puta?

No voy a desentrañar el poco misterio, simplemente os digo que hay una sorpresa divertios.

¿SOLO UNA PUTA?

Entré en el puticlub bajando la interminable escalera; ella estaba apoyada en la barra, rubia, grande, poderosa, enfundada en un ajustado vestido negro, corto, del que sus tetas enormes parecían querer escapar. Sus muslos duros dirigían la vista hacia el negro tanga que asomando por debajo de la falda corta ocultaba un misterio.

Con voz ronca me indicó su deseo: dinero, con vil metal podría comprar su sublime carne. En un cubículo separado apenas de la pista de baile por bi...