Ana 3

Continuación de Ana. Después de la revelación en el garaje del edificio dónde trabajar Ana y Jon, salen a comer.

Me coloqué la falda y la blusa. Me agaché,le di un suave beso en el pene a Jon y me levanté sonriendo pícaramente a mi semental. Fui a la guantera del coche y saqué unos pañuelos. Me limpié bien entre las piernas, pues la mezcla de fluidos amenazaba con ser un volcán a punto de estallar dentro de mí.

  • ¿Vamos a comer? Tenemos que hablar esto - dije abriendo los brazos y señalándonos.
  • Deberíamos. Sino se nos va a hacer tarde. Aunque… si quieres puedo comer otra cosa. Alimenta menos, pero me da placer...

Ana

Ana tendrá un día genial. Continúa la historia de en la oficina.

  • Chicos, ¿vais a quedaros aquí a comer? Hoy toca

gym,

¿quién se apunta? - dije mientras me levantaba de mi mesa y recogía el maletín. Manu levantó la vista hacia mí, repasándome de arriba a abajo sin importarle que me diera cuenta. Él sabía que me gustaba sentirme deseada. * Yo hoy no puedo, me quedo a comer, que tengo un juicio a las cuatro - dijo devorándome con la mirada. * Yo si que voy, hoy tengo ganas de ejercicio. Jon se levantó de la silla cogiendo su bolsa de deportes y acercándose a la pu...

En la oficina

Hay que disfrutar de la vida. Relato sencillo. Primera parte. Espero que os guste.

Solo podía correr en este momento. Madre mía llegaba tardísimo al trabajo. La noche anterior había dormido realmente mal y cuando sonó el despertador, la verdad es que ni lo había oído. Me subí al coche corriendo, arranqué el motor, puse la música de la Film Symphony Orchestra resonó en los altavoces de mi Skoda Fabia y salí echando chispas.

La verdad es que por suerte llegué justa de tiempo. Vamos que llegué cinco minutos tarde. Por suerte mi jefe todavía no había llegado.

  • Buenos días chicos...

Patricia 2

Años después

A eso de las tres de la mañana me desperté abrazado a esa monumental belleza. Patricia seguía dormida, pero no podía dejarla ahí. Si no a la mañana siguiente tendría dolor de espalda.

La desperté suavemente y juntos fuimos hasta mi habitación. Primero fue al baño mientras yo me metía en la cama. Apareció a los dos minutos desnuda como iba moviendo las caderas mientras se acercaba a la cama. Se subió y gateando lentamente se acercó hacia mí mientras sus pechos colgaban levemente como queriendo desafiar...

Patricia

Años después

Las vistas eran perfectas. Allí estaba Patricia, en medio de mi salón, moviéndose al ritmo de la música. Su cabello rubio se movía al son de su cuerpo. Estaba completamente metida en la canción, contoneando su cuerpo para mí. Sentado en el sofá observaba los sensuales movimientos de mi compañera de trabajo, que después de haber tomado algo en el bar del trabajo, finalmente habíamos decidido continuar en casa viendo una película. Al final, viendo Youtube, nos quedamos embobados viendo a pianistas y guitarris...

Por la tarde

Ella llegó. El la estaba esperando. En cuanto se abrió la puerta ahí estaba el. La camiseta brillaba por su ausencia, pequeñas perlas de sudor caían por sus mejillas y su pecho debido al calor.

Por la tarde.

Ella llegó. El la estaba esperando. En cuanto se abrió la puerta ahí estaba el. La camiseta brillaba por su ausencia, pequeñas perlas de sudor caían por sus mejillas y su pecho debido al calor.

Ella maletas en ristre, con el pelo castaño recogido y sus moradas gafas, se quedo petrificada en la puerta mirando al hombre que amaba.

Pasó un segundo que parecieron años. Los dos quedaron prendados el uno del otro. Confirmaban con sus ojos y su nariz, las siluetas y los olores...

Comenzando una nueva vida

Un chico cualquiera una noche cualquiera

Sentía su presencia a mi lado. Me hayaba tumbado en la cama de lado, desnudo en la calurosa noche de verano. Su cuerpo también desnudo, estaba muy cerca de mí, tanto que notaba como su entrepierna tocaba mi culo. Ese hecho, no me estaba dejando dormir. En cambio, si notaba como mi pene estaba duro a más no poder. El hecho de tenerle cerca con ese aroma embriagador de su colonia, mezclado con el sudor del día, no me dejaba conciliar el sueño.

No pude esperar. Con mi mano, empecé a acariciar suavemente...