Prisionera de mi amante (3)

Intento abrir las piernas para facilitar la penetración de este joven vigoroso. Mis piernas se abren casi automáticamente. Él sabe que me tiene a su merced. Me agarra del pelo y me folla con más arrojo. Voy a correrme, él resiste y se afana en su lucha por destrozar mi culo. Se detiene de nuevo y saca su polla de mi culo. Escupe varias veces y coloca su mano en la entrada de mi esfínter. Todos sus dedos entran y abren mis esfínteres. Intenta abrir más mi culo con su mano. No puedo más, me corro, me corro.

Esta vida que llevo con Carlos me desespera. Leo y yo sólo convivimos como un matrimonio normal únicamente en apariencia, a los ojos de la gente. Leo sabe que yo pertenezco a Carlos, mi cuerpo es de Carlos, me poseerá o me alquilará cada vez que él quiera. Leo lo sabe y lo soporta quizá para no perderme, quizá porque disfruta así, no lo sé. Leo sólo es mi esposo de convivencia pero es Carlos quien tiene el derecho de pernada, quien me monta. Leo tendrá que pedir permiso a Carlos si quiere disfrutar de...

Prisionera de mi amante (2)

La presión hace inminente la profanación de mi culo, lo consigue, se mete de lleno en mis entrañas, su erguido palo fálico se pierde dentro de mí. Comienza una batalla por entrar y salir de mi culo que no tiene descanso, entra, sale, entra y sale repetidas veces. Él brama con furia, yo grito de placer, de sumisión. (Con fotos)

Después de lo que vi en el restaurante no he tenido noticias suyas. Empiezo a desesperarme de nuevo. He vuelto a coger el vicio de fumar. Estas esperas son insufribles. Llevo tres días sin oírle, sin verle, sin sentirle. Miro el móvil esperando que de una señal y nada. Silencio y más silencio. Cuatro días y nada. En el despacho no consigo concentrarme. Tendré que pedir unas vacaciones. ¿Vacaciones sin él? No, no y no. Miro el legado de expedientes atrasados, me deprimo. Miro a través de la ventana int...

Prisionera de mi amante

...ahora boca abajo coloca su miembro en mi sexo y me embiste con ímpetu, siento su aliento en mi cuello, el olor a alcohol me desorienta, no es igual que Carlos, siento repugnancia, intento resistirme pero Leo no me deja...(con foto)

No tengo muchas ganas de asistir a esa cena, la verdad es que no me apetece nada, sólo asisto para no contrariar a mi esposo. Leo es muy cuidadoso con este tipo de reuniones, significa mucho para él que le acompañe esta noche. A pesar de haber sido un día durísimo en el despacho, he aceptado acompañarle a esa cena de negocios, lo hago sólo por él. La cena es de gala así que me he vestido bastante coqueta y algo sexy, tal como me sugirió Leo.

Hemos decidido coger un taxi para más comodidad. En el...

El camarero mauritano

...mi culo iba cediendo y él se regocijaba de su pequeña batalla que poco a poco iba ganando.(con fotos)

Mi nombre es Marie, tengo 24 años, soy de un pueblecito de las afueras de Lyon y desde hace unos años vivo en París por motivos laborales. Iré al grano pues deseo dar a conocer mi historia y descargar esta especie de culpa que me invade. Hace exactamente un año me sentía muy sola, había roto con mi novio y necesitaba ayuda psicológica ya que la ruptura supuso un gran choque para mí. Salí varias veces con una amiga del trabajo para intentar sobrellevar mi ruptura y fue aquí cuando comenzaron todos mis...

En la fiesta de la empresa

Otra vez cogió mis piernas y las pasó sobre sus hombros, colocó su enorme polla negra en la entrada de mi culo y de un empuje certero y violento la hundió por completo en mis entrañas, lancé un aullido mezcla de dolor y placer... (con fotos)

EN LA FIESTA DE LA EMPRESA

Voy a relatarles una historia que a buen seguro les va a sorprender, en cualquier caso espero que esta experiencia les sirva de algo. De ella se puede deducir que hay que tener cuidado, mucho cuidado, con el alcohol, especialmente si eres mujer.

Me llamo Isabel, soy de Madrid y vivo también en Madrid. Casada, 35 años y directiva de una empresa dedicada a la importación. Todo sucedió unos días antes de navidad, en la fiesta que organiza cada año la empresa en...

Mi experiencia

Él me remangó el vestido y separó las nalgas con las manos y los pulgares, tal como había hecho mi compañero de juegos momentos antes.

Mi experiencia

Aquella mansión a las afueras de París, rodeada de un inmenso bosque de hayas y encinas y circundada por un pequeño riachuelo, me producía una sensación de tranquilidad que necesitaba, debido ante todo a lo que me esperaba el resto de la noche. Me llamo Marie, soy analista de sistemas, tengo 42 años y me dirigía a una aventura de consecuencias imprevisibles. Eran las 20´55 horas y la cita estaba prevista para las 21´00 horas. La decoración de la entrada de la mansión era de estilo...

Encerrona en el Metro

Entraba y salía de mí con la mayor facilidad que he visto nunca, sus embestidas ayudadas por sus jalones de pelo, me hacían sentir una presa en manos de un predador.

Encerrona en el Metro

Me llamo Inés, 38 años, 167 cts. de estatura, 61 Kg. de peso, estoy casada, tengo dos hijos adolescentes y soy directora de una sucursal bancaria. Mi pelo es negro, sobre los hombros, y me considero una persona normal. Sin embargo hace unos meses me ocurrió algo en el metro que cambió mi rutinaria vida para siempre.

Por norma suelo tomar el metro para ir al trabajo y así evitar las retenciones de tráfico. Hace unos meses, como comentaba, reparé en un señor de más o me...

El Voyeur

Desde la posición donde me encontraba, escondido en el armario, veía como aquel tipo sodomizaba a mi esposa.

Se puede decir que esta historia es en realidad la historia de una persona enferma, la historia real de una persona que socialmente está bien situada pero que sin embargo padece un extraño caso de voyeurismo que no le permite disfrutar de una sexualidad normal, a menos que esta ocurra con personas de su entorno y que además sean observadas por él. Es en realidad, mi historia, mi pesadilla.

Todo comenzó desde muy temprana edad, exactamente a la edad de 9 años, con esa edad ocurrió un hecho que de...

El masaje

Con fuerza y bestialidad me golpeaba por detrás sin que yo pudiera remnediarlo.

El masaje

Aún recuerdo aquel día, si, ese día que aún se mantiene en mi memoria. Todo parecía normal en mi vida hasta ese día. Me llamo Carolina y soy abogada, tengo 41 años, estoy casada y tengo dos hijos adolescentes. Económicamente estoy bien situada y mi matrimonio está dentro de los cánones normales. Mi marido y yo hacemos el amor un par de veces al mes. Llevo pues una vida absolutamente normal. Mi físico es el de una mujer de 175 cts. y peso 67 Kg. soy rubia teñida y me gusta vestir con fa...

La Trampa

Él se hundió en mí. Apenas pude resistirme. Su miembro penetró en mí en cuanto venció la resistencia de mi culo.

La trampa

Aquella noche había llegado tarde a casa. Trabajo en la redacción de un periódico local, vivo en un piso de soltero en las afueras de la ciudad, tengo 26 años y no tengo novia. Este es más o menos mi perfil. Al subir las escaleras, me encontré a la señora del quinto B, Josefina, en el edificio la llamaban Fina. Era una mujer de 43 años, tenía un porte muy señorial y solía vestir con falda y chaqueta. Trabajaba de administrativa en una oficina bancaria y estaba muy bien para la edad...